Se esfuerza en su rodar.

En el entrecejo estaba desde hace tiempo, así que en esta segunda visita a Utiel en practicamente nada, había que sacar las pinzas.

El edificio está cuidado por fuera, pero no parece guardar la que posiblemente sea la mejor cocina de la zona. Juega en una liga superior al resto. Quizá la Posada de Águeda pueda estar ahí, ahí.

En el local en sí, se forman varias alturas que son las que dividen la sala practicamente. La decoración es suave salvo la circunstancial exposición fotográfica taurina, donde se ven algunas realmente artísticas. Sensación de comodidad y amplitud en todo momento. Se podría renovar parte del mobiliario para actualizarlo. Quizá baste sólo con las sillas, que aunque muy cómodas, pertenecen al estilo moderno de aquellos 90. O los carritos auxiliares de servicio, de un aspecto barato que desentona. Los aseos impolutos, con detalles como cepillos de dientes o toallas de rizo para las manos.

Cosas ahora no tan importantes como mantener la calidad de lo que se ofrece. Me pareció todo un oasis en el tema del pescado por aquello de la comarca en cuestión. Fue la opción principal esta vez por estar en el mes que estamos. Tiempo habrá, imagino, para comprobar su parte "terrenal".

Servicio de pan para tres. Unas pulguitas junto a unos saladitos. Correcto sin más.

Surtido de croquetas. Una para cada uno. Tres de bogavante y otras tres de setas con foie. Buenas, con una poca bechamel por encima para adornar y sujetar de alguna manera. Mayor protagonismo la de bogavante.

Cocochas encebolladas con colmenillas. Me pareció que la literatura en la carta era otra, pero las hubiésemos pedido igualmente. Me chifla esa textura siempre, la cebolla guisada me gusta y las colmenillas igual, por ser de la familia que son. Entrante un tanto escaso creo yo.

Los principales fueron unos espaguetis con carne y tomate fuera de carta para mi hijo, bacalao en salsa verde con almejas y corvina con boletus y ajos tiernos.

La pasta fue un plato de compromiso y no se le veía gracia alguna. Casi ni comió. Pero de más hicieron. No la probé, aunque he de reconocer que el nano ese día andaba torcido.

Según mi dona, el bacalao estaba en su punto. Y por lo que a mi respecta, la corvina estaba buenísima. Un buen lomete con toque de aceite justo, los ajetes realzando y los trozos de boletus dando la nota apropiada.

Los postres, aunque se pidieron de manera individual, acabamos metiendo cuchara en el del otro. Elaboración propia y todos a buen nivel. Desde la tarta de manzana hojaldrada, pasando por el mousse de turrón, y acabando por el carpaccio de higos con helado de yogur.

De beber un agua de litro, un refresco y una botella de vino Las Tres 2013.

Me encantó su carta de vinos tan didáctica. Estupenda introducción. Les sobra tiempo fue la respuesta con más gracia que humildad ante mi halago. Ni pasé de las primeras páginas, donde se concentraban los de Utiel-Requena. Precios bastante contenidos en algunos de ellos.

Se produjo un accidente con la primera botella del blanco de Chozas Carrascal. Éste en un principio era del 2012. Se le partió el corcho, pero de entrada tampoco eso puede decir nada. A veces el corcho está reseco, se ha introducido el usillo de lado... Sin embargo resultó que el vino no estaba en condiciones para disgusto de las dos partes. Ese vino efectivamente tiene unas notas de campo evidentes, de cereal seco, pero es fresco, y aquí la cosa era seco sin más, una bala de paja, vamos, y en boca más bien plano.

El dueño tiró de experiencia y debió pensar que no debía jugársela con la misma añada, por lo que sacó la 2013 y disfrutamos de uno de los blancos que más me gustan de toda la comunidad. Ideal para platos de pescado con sabor como los tomados. Servido en unas apropiadas copas Schott tipo borgoña pequeñas que favorecían su expresividad.

Nos gustó el servicio en general. El trato por teléfono en la reserva ya fue bueno por parte del dueño, al igual que el recibimiento y despedida. Pero se le ve la situación actual que se vive muy a flor de piel. Tiene que perseverar y seguir en esa línea. Lo normal es que, si ya nada será igual, sí se le espera otro ritmo.

Tomé finalmente una infusión de té rojo y un chupito de hierbas que me ofreció José Luis, creí escucharle que se llama.

Me apetece volver en otra estación y tirar de nuevo del carro.

Si bien mi hijo fue uno más, puesto que se pidieron croquetas pensando en él, su plato principal y su postre más su bebida, creo que se acercará mejor como información al precio por persona en este caso si lo calculo en función de la pareja.

  • carpaccio de higos con helado de yogur

    carpaccio de higos con helado de yogur

  • corvina con boletus y ajetes

    corvina con boletus y ajetes

  • croquetas de setas con foie y bogavante

    croquetas de setas con foie y bogavante

  1. #1

    Jeronimo

    Parece que El Carro viene bien provisto, ese plato de las cocochas suena muy bien.

  2. #2

    Otilio Haro

    en respuesta a Jeronimo
    Ver mensaje de Jeronimo

    Hombre, yo he visto indios subidos en carro, aunque en las pelis del oeste, cierto es. Si algún día te adentras en otra Valencia, manchega como aquel que dice, ya sabes.

  3. #3

    G-M.

    Qué ricas esas cocochas, a mí me las sacaron tibias, y aún así me chiflaron

  4. #4

    Gastiola

    Una manera muy distinta la de preparar las kokotxas a las que estoy acostumbrado. Imagino que su gracia tendrán. Ese postre de higos no resulta muy empalagoso?

  5. #5

    vser

    Por ser hijo adoptivo de la zona suelo visitar El Carro de vez en cuando (menos de lo que me gustaría). Como bien dices es un valor seguro tanto en la comida como en el servicio. También estoy de acuerdo contigo que notan mucho la "situación actual", en especial porque están ubicados en un zona agrícola que no da para muchas alegrías.

  6. #6

    Jeronimo

    en respuesta a Otilio Haro
    Ver mensaje de Otilio Haro

    Los indios solían cortar las cabelleras a los que iban en el carro.
    A ver si me jubilo y me dedico a correr mundo.

  7. #7

    Otilio Haro

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Pero tu hablas de rebozadas, que parece más habitual ¿no?

  8. #8

    Otilio Haro

    en respuesta a Gastiola
    Ver mensaje de Gastiola

    Para nada, Gasti. Se notaba la frescura de la fruta pese a ese almíbar, porque incluso te venía una reminiscencia verde de la piel. Y luego además te ayudaba el helado.

  9. #9

    Otilio Haro

    en respuesta a vser
    Ver mensaje de vser

    No debe ser fácil salirse de lo marcadamente tradicional en la zona.

  10. #10

    JaviValencia

    He ido una única vez y salí completamente satisfecho.

    Feliz agosto Oti!!!

  11. #11

    Otilio Haro

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Será para ti, cabr(piiiiiiiiiiiiiiiiii...)

  12. #12

    G-M.

    en respuesta a Otilio Haro
    Ver mensaje de Otilio Haro

    Pues sí, es cierto. Seguro que no estaban algo albardadas? Siquiera mínimamente?

  13. #13

    Otilio Haro

    en respuesta a G-M.
    Ver mensaje de G-M.

    Nou. Juraría que en la carta no venían así, de hecho. Debió ser una improvisación.

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