Buena comida mal servicio

Sábado noche. Reservamos en la terraza y tras media hora de espera entramos dos veces a buscar quien nos tome nota. Parece que el criterio es servir al comedor y pasar por la terraza a ratos libres. Vino turbio de aperitivo y un caldito de la casa para entretener al personal. Cuando logramos pedir la cena ya empieza a coger ritmo pero mal, muy mal. No quedan berberechos, no queda empana de atún, no queda morcilla ni tampoco cigalitas, ¿para qué seguir preguntando? Lógicamente nos dejamos recomendar ¡¡¡que remedio!!!
Tomamos navajas buenas pero "estropeadas" con el maldito picadillo verde, empanada de berberechos (muy rica y que por ser positivos descubrimos por sustitución de la pedida), pulpo con patata también rico. De segundo un chuletón realmente sabroso.
Para beber un Reserva José Pariente (excelente, redondo en nariz y en boca) y Quercus que no resiste la comparación con el anterior. Calientes pero enfriados en el decantador.
En resumen, comida bien (notable), servicio mal y desde luego el sábado noche no parece que sea el día correcto para visitar este restaurante. La sensación es que tomas lo que no ha querido el turno de mediodía.

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