Restaurante Sala en Guadarrama
Restaurante Sala
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
45,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
58 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
6.8
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
7.3
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
7.6
RCP CALIDAD-PRECIO
4.9
Opiniones de Sala
OPINIONES
10

El pasado 22.01.17, fuimos a comer mi escribe esposa y el que suscribe al restaurante Sala, sito en la carretera de Los Molinos, nº 2, 28440_GUADARRAMA, (Madrid), y en el que pedimos una ración de 12 croquetas combinadas, una tapa de chuletitas de cordero lechal, una ración de calamares fritos, y una de gambas como plato "estrella" de la casa, aparte de las bebidas, que fueron una coca cola y una cerveza con limón.

Por cierto, ocupamos una de las mesas que están situadas frente a la barra y de las que no es necesario hacer reserva, ni telefónica ni por internet

La verdad es que "era" cliente habitual de ese restaurante hasta que me acontecieron los hechos en la fecha indicada y que a continuación paso a detallarles.

1)Los camareros que nos atendieron no eran muy poco profesionales, (por decir algo, sino lo siguiente, ya que después de servirnos las croquetas como primer plato, pasó un buen espacio de tiempo hasta que nos trajeron unas tapas de chuletas de cordero que era el que habíamos solicitado como segundo plato.

2) En vez de traernos las "tapas" que se detallan en el punto 1) anterior, nos sirvieron una ración completa, las cuales aceptamos a comérnoslas ya que observamos que los camareros ni daban a basto, ni eran los profesionales que personalmente considerábamos que debía tener en nómina un restaurante de esa categoría.

Como "guinda" de lo expuesto, nos sirvieron una ración
de gambas que debía de ser para otra mesa, ya que según estábamos comiendo las croquetas nos las retiró sin ni tan siquiera pedir más mínimas disculpas, es decir la mas puro estilo "ugandes".

3) Como tercer plato solicitamos una ración de gambas`plancha, (1/4 de kilo), las cuales, además de no estar del todo calientes, estaban blandas, medio crudas, y a la última se le desprendió la cabeza del resto del cuerpo sin tocarla, amen de que el resto de las cáscaras se desprendían solas, cosa que para vender el producto como "gamba blanca de Huelva", nos pareció un tanto sospechoso, y mas cuando tardaron muy poco tiempo en traerlas en comparación con la demora que habíamos tenido de los platos anteriores.

Con todo y eso decidimos comérnoslas y salir de allí cuanto antes ya que estábamos muy a disgusto con el servicio descrito y prestado, partiendo de la base que para nosotros la relación calidad/precio de dicho establecimiento en el momento actual, esta muy por debajo y muy lejos de lo que fue el restaurante Sala antaño.

Y ahora viene lo mejor: mi esposa comió dos gambas y yo me comí el resto, incluida la que se de desprendió la cabeza y las cascaras del cuerpo.

Hacia las 17:30 salí a dar una vuelta y al cabo del rato sentí unos picazones fortísimos tanto en las extremidades inferiores como las superiores, para posteriormente y de inmediato, sentir una hinchazón terrible en cara y pecho, todo lo anterior acompañado con opresión en las vías respiratorias, por lo que entré en la cafetería mas próxima a de donde me encontraba en la que solicité a la camarera que pidiera una ambulancia, ya que estaba perdiendo el conocimiento y ahogándome por asfixia.

El personal de la cafetería llamó al 112 y se presentó una furgoneta del SAMUR que me intervino rápidamente sobre el mismo suelo de dicho establecimiento en el que me encontraba, y en la que no me llegue ni a tomar el café que me sirvieron.

A punto de perder el conocimiento, con una opresión brutal en las vías respiratorias, los técnicos del SAMUR me comunicaron, mientras me medicalizaban, y trasladaban a La Paz, que solo si hubieran llegado unos minutos mas tarde podría haber tenido para mi consecuencias fatales, entre otras, la muerte.

En el informe médico que me han facilitado en La Paz figura como un "presíncope síncope inflamación cara" y el juicio clínico ha sido SHOCK ANALFILÁCTICO RESUELTO, como consecuencia de ingesta de gambas".

Estimo que sobran comentarios al respecto.

Pues bien, a la vista de los hechos, me he puesto en contacto con el dueño de dicho restaurante, y a la vista de lo expuesto lo único que ha hecho ha sido pedir disculpas y comunicarme que ayer mismo tuvo una inspección del Ministerio de Sanidad, y que le dieron el visto bueno a todos sus productos de hostelería, lo cual a mi entender parece un contrapunto, y mas cuando mi exposición de los hechos están refrendado por los médicos del Hospital Universitario de La Paz.

En cualquier caso, y para mayor abundamiento en el tema que se trata, comunico a los lectores de este correo que nunca he sido alérgico al marisco pero si a las pésimas condiciones de conservación y cocinado de un producto tan delicado como el descrito.

Saludos.

P/d: Cualquier persona que me conteste al contenido del este correo, tanto positiva como negativamente, estoy dispuesto a demostrarle que todo lo que aquí he detallado es cierto ya que como prueba obran en mi poder tanto los documentos que refrenden la fecha de entrada en dicho establecimiento y consumo en el mismo, como el informe clínico emitido por La Paz, como consecuencia de haber ingerido el "plato estrella" de dicho restaurante.

Saludos

Este es un claro ejemplo de cómo cargarse un próspero negocio, porque conozco este restaurante desde hace muchos años, y no es ni un espejismo de lo que fue.

Todo es apariencia y fachada, algo que uno tarda poco en percatarse, desde el mismo parking puede apreciarse, los "buenos", al criterio del aparcacoches, son dirigidos a la puerta, y los "malos", con el mismo criterio, son enviados a la otra punta del aparcamiento. Y es que llevando un japones de 50.000€ no eres tan digno de aparcar en la puerta que llevando el Cayenne de 2ª mano que entró a la vez y que no cuesta ni la mitad.

El lugar acogedor y agradable, esa capa de melamina barnizada y rollo fusión asiático dan calidez al lugar, pero sólo eso, apariencia, y puede comprobarse levantando el mantel de las mesas donde dejarán visible una barata mesa de terraza de aluminio, de las que regalan las marcas de bebidas.

La carta deslabazada y descompensada, como en un mal bar de raciones. Aquí lo que cuesta dinero es sentarse, no la comida, cuesta lo mismo unos calamares a la romana que un rodaballo o un lenguado!!! igual que un Martín Codax con un Palacio de Bornos Verdejo, mal indicativo este para el género de un restaurante. Las gambas no están mal, pero ni mucho menos son lo que alguna vez fueron (que es de lo que viven ahora) y dieron pie a esas leyendas urbanas de las mejores gambas de Madrid, que fletaban un avión diario para su envío desde Huelva, etc... Por tanto a 85€ el Kg, es una salvajada.

El servicio es de auténtico fast food, no es concebible esa falta de profesionalidad es un restaurante donde te cobran una media de más de 60/80€ por cabeza. El vino ni lo presentaron, dieron a probar o sirvieron siquiera, se limitaron a abrirlo (y mal por el corte de la cápsula) y soltarla en la mesa, he visto restaurantes de menú del día a 9€ con mejor servicio de vino.

Entre los dos entrantes que teníamos para compartir, no cambiaron platos. Eso sí, antes de que los terminásemos sacaron mi tartar de atún dejando un entrante en la mesa y sin sacar el otro segundo plato. En cualquier tasco de barrio te sacan los segundos a la vez, y nunca antes de terminar con los entrantes.

Todo apariencia, un fast food con ínfulas de buen restaurante que vive de la fama de lo que un día fue y del snobismo barato con el que es fácil impresionar a quien hace de su filosofía de vida basada en la apariencia y no tiene ninguna clase ni idea de comer bien. Desde luego ni el servicio, ni la comida son merecedores de tanta pompa ni de facturas de 80€ por persona con 3€ por cerveza, café o servicio de pan.

Qué poca pasión por lo que se hace y qué manera de cargarse un negocio próspero, no me volverán a ver por allí.

Imprescindible

Es un local muy acogedor y amplio, con muy buen servicio y una buena calidad de los platos. Aunque he ido a comer varias veces, lo que mas me gusta de este local es comerme unas gambas en la barra con una cervecita. Recomendado a toda la gente de la zona!

Inmenso restaurante ubicado en un grandísimo chalet en las inmediaciones de la Sierra de Guadarrama. De no ser por las recomendaciones de algunos foreros, yo no entraría en un local así; más bien parece posicionado para bodas y comuniones, por sus instalaciones, incluido un descomunal parking. Sin embargo guarda múltiples sorpresas agradables, como una gran comedor con amplias mesas muy separadas y que nos resultó agradable, un enorme ventanal (unos 45m) que da a una zona ajardinada desde donde entra muchísima luz natural y una carta sencilla pero basada en una materia prima de primera calidad, incluidos mariscos del día.

El servicio, por supuesto, amplio y eficiente, pero a veces muy descarados con atenciones hacia otros comensales habituales, que les hace perder el ritmo del servicio en el resto. Lleno a reventar. La espera por la cuenta se prolongó casi 40 min.

Detalles de la casa como unas enormes aceitunas sin hueso y magníficamente aliñadas, una crema de espinacas y una sopa de marisco con fideos finos, con una enorme almeja y una gamba con la cola pelada presagian una buena comida. Solo un tipo de pan.

Comida para 3 personas:

Para compartir:
- 1/2 kilo de gambas a la plancha: Quién me iba a decir que iba a comerme unas gambas así en un pueblo serrano como Guadarrama. De Huelva, fresquísimas (se pelaban solas) y con un punto de plancha y sal perfectos. Si hubieran sido un poquito más grandes (eran más bien medianitas), serían de premio.
- Navajas a la plancha: Aquí había de todo un poco: Dos de muy buen tamaño (limpias y perfectas de sabor), dos medianas y dos pequeñas (casi ridículas y además con tierra).
- Croquetas de jamón: Aquí llegó un poco la desilusión dados los comentarios de otros foreros. Para nuestro gusto, la masa demasiado fluida, con lo que se deshacían al pincharlas. Nos gustan más crujientes. De sabor tampoco eran para echar cohetes.

Tengo que decir que todos los entrantes los sirvieron juntos, por lo que algunas cosas se iban quedando frías. Para mi, en este sentido, el servicio pierde enteros.

De segundos:
- Lenguado a la plancha: Magnífico ejemplar, fresco y buena plancha. A pesar de que sabáin que era para el chaval, lo sirvieron sin limpiar. En otras mesas si los preparaban.
- Lomo de choto 500gr: Buena pieza de ternera blanca. Jugosa y tierna. Lo pusieron al punto que les pedí. Sin nervios y excesiva grasa. Lo acompañaban unos pimientos del padrón y unas patatas fritas. No llegó a la mesa a la temperatura adecuada.
- Bricks de pimientos rellenos de carabineros: 4 pimientos del piquillo rellenos y envueltos con obleas de brick crujiente. Finos y sin grasa excesiva. La pena es que los trocitos de carabinero en el relleno eran solo testimoniales. La bechamel fluida, sin grumos.

Postres:
- Tarta chocolatísima a compartir entre dos.
- Ponche segoviano: De los mejores que he probado: Fino sin llegar a ser demasiado empalagoso.

Vinos:
Otra de las sorpresas del restaurante. Carta bastante larga con todos los vinos tintos de moda solo a nivel nacional, especialmente Riberas y Riojas (y digo todos). Del resto se incluyen prácticamente todas las DOs. Precios muy buenos en los caritos (Trasnocho o Flor de Pingus a 70€); los "baratillos" rozando el x2. Sin embargo, en los blancos no ví nada excepcional. En los de postre, conté 28 vinos, incluido algún Château Yquem. Servicio con sumiller, que en ningún momento se acercó a nuestra mesa, y copas básicas Schott. En cualquier caso, no pedimos vino dado que teníamos carretera.

Mientras esperábamos la cuenta en exceso, vimos un servicio de combinados y copas en otras mesas muy esmerado. Aunque no tomamos vino, creo que por lo visto se puede considerar de bastante bueno.

Precio total: 159.84€ (incluido IVA, pan y servicio a 1.50€ y dos botellas de agua de 1 litro a 3.75€ cada una !!!)

Bien es cierto que es el sitio ideal para comer gambas, marisco o pescado. Pero como bien comenta Cachina no solo de eso vive Sala, sino que que sus carnes tampoco pasan desapercibidas.

Bonito Restaurante, ideal para celebrar una velada. Preciosa la vista al jardin y a la fuente. Buena distancia entre mesas. Personal atento y profesional. Amplia carta de comidas y excelente la Bodega. Buena pinta la reposteria aunque no tomamos postre.

Esta última vez que acudimos cenamos lo siguiente:

- (2) Vermouth Martini: 6 €.
- Pan: 3 €.
- Croquetas caseras: 10 €.
- Pulpo a la gallega: 18 €.
- Escalopines con salsa de boletus: 14 €.
- Solomillo a la plancha: 18 €.
- (2) cafés: 3 €.

De beber comamos un Clio 2005 (42 €), un pelin subidito de temperatura, algo que verificó el sumiller y corrigió. Rico rico este 2005.

Un lugar para tener muy en cuenta en donde la materia prima es de excelente calidad. A destacar de la comida las croquetas caseras las cuales estaban sublimes. Pienso que en el cómputo global la RCP es buena.

Un saludo.

Soy asiduo del restaurante Sala. A mi mujer le encantan las gambas y por su puesto siempre pedimos 1/2 kilito para compartir. Pero no sólo de gambas vive el sala. Yo cada vez que voy pido una cosa que no haya probado de su carta, que aunque corta, es de una calidad en la matería prima exquisita. No hay que perderse en los entrantes los boquerones en vinagre con anchoas, en ración mixta, buenísimos (también los podéis pedir separados, pero así degustáis de los dos, o el foie de pato. En el apartado mariscos, espectaculares los carabineros a la plancha. En los pescados jugosas las cocochas rebozadas y muy fresco el cogote de merluza a la bilbaína. En las carnes, todo está genial, desde el solomillo hasta unos riñones de cordero lechal a la plancha que fue el último descubrimiento. Postres todos de elaboración casera con un apartado de helados artesanos muy recomendable. Además, tienen otros productos según mercado, sobre todo marisco (almejas, berberechos, etc) y a medio día hacen arroces. Carta de vinos extensa y bien surtida con precios comedidos, se encuentran todos los buques insignia del panorama vinícola español, aunque se hecha en falta algunos vinos sobre todo catalanes. Entorno privilegiado, las mesas sin apreturas, camareros profesionales. Es aconsejable reservar.

Quien me iba a decir a mi que tendría que ir a Guadarrama a probar una de las mejores gambas a la plancha que he probado en mi vida y no en Sanlucar que la tengo al lao.
Muy bien atendidos, con amplia carta de vinos, incluidos vinos para postre.
El ambiente tranquilo, relajante y una comida delicosa.

De nuevo en el Sala. El comentario es para señalar que han cambiado el vino de la casa, a peor en mi opinión. En lugar del Viña Mocén, ofrecen un Cuatro Rayas, que no me gusta tanto. Entiendo que hayan tenido sus razones para sustituirlo, pero había opciones, como el Sanz o el Martivillí.
Saludos.

Muy bueno. Las gambas a la plancha, su especialidad están perfectas. Las chuletillas de lechal, su 2ª especialidad también perfectas de tamaño y sabor, con o sin ajillo.
Tienen unas anchoas de Santoña, nada saladas estupendas. De postre lo mejor, en mi opinión, es el hojaldre de nata y crema.
El vino de la casa tiene una relación calidad-precio muy buena, es un Viña Mocén, verdejo de Rueda, por 10 euretes. Tienen carta de vinos de postre, por botella o copa, todo un detalle.
Mi valoración: 4.5 sobre 5.

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