Situado en una calle escondida la calidad de la comida y del servicio

Situado en una calle escondida la calidad de la comida y del servicio merecen la búsqueda. Excelente la ensalada de gulas o el foie caliente con garnacha dulce. El ya mencionado en el comentario anterior pescado salvaje está exquisito e insisten en cocinar la pieza entera (en nuestro caso una lubina al horno de unos 2 Kg.). Los postres también en línea con lo anterior, sabrosos y abundantes. Como colofón unas trufas y dulces de leche con el café (no muy bueno).
A mejorar el pan y la carta de vinos ya que muchas de las referencias que ofrecen están fuera de la carta pero a algunos nos gusta deleitarnos viendo la selección disponible. A primera vista parece corta.
Además como cenamos en la terraza la estancia fue agradable y tomamos un rico gin-tonic preparado con lima. En resumen, lugar recomendable. No puedo valorar RCP pues fui invitado.