Buen arroz
Restaurante en Pinedo y por tanto de difícil acceso (coche propio sí o sí, y que no haya multa al salir). Facil aparcamiento cercanos. Comedor en terraza acristalada con puertas de salida a un pasillo de jardín. Mesa redonda (¡qué gran invento!) para 6. Mantelería, cubiertos, copas..correctos aunque sin cambio de cubiertos entre platos.
Carta de entrantes muy variada y también en arroces, aunque su especialidad es el arroz de carranc (cangrejo); también variados segundos y postres. Carta de vinos interesante con predominio de valencianos, incluso poco habituales (Quod Superius..) sin olvidar otras zonas y gama de precios amplia, como debe de ser. Servicio de vino solo descorchar y probar. Camarera profesional, pero excesivamente distante.
Al centro y cortesia de la casa un poco de paté (muy básico) y pan tostado comercial. Compartimos una ración de pulpo con crema de patatas (poco sabroso), 6 tortillas de blanquet (como las de camarones pero de aladró) muy interesantes y no muy aceitosas como suele pasar, 3 de mil hojas de manzana, foie y queso de cabra caramelizado (en demasía) normalitos, 6 croquetas de merluza y langostinos que estaban ricas, con buen rebozado y sólido al comer. Cazuela de arroz de carranc caldoso con ración correcta que dejamos reposar unos minutos, bien de bichos y con un punto de arroz bueno: su especialidad y sigue siendo igual de bueno (¿¿lo sigue haciendo la madre??). Sabroso, alguien le pareció algo de más de picante al final cuando se concentró un poco más, aunque para mí, perfecto. Postres: pudding de calabaza con excesiva e innecesaria miel (casi daba igual que fuera calabaza o boniato), 3x piña natural buena ración y sabrosa, cornete de helado (sin comentarios) y otro no recuerdo.
Para beber: 4 cervezas + 1 coca-cola. 2 de agua de litro normal y de vino un reserva de Balbas servido con un poco de exceso de temperatura (el calor ya empieza) muy rico; hubo suficiente al ser un reserva de Ribera y el calor que hacía en la calle. Cafés o infusiones para todos, más una copa de orujo con hielo y una copa de Don Pablo PX ambas generosas pero ni amago de obsequiar con otros cafés (al precio que se cobran y el costo que tienen podía ofrecer repetir) ni chupitos...El responsable se interesó por como había ido todo en varios momentos.
Salimos con la impresión de buena comida a precio razonable. Lástima haber empezado tarde que acortó la sobremesa (aunque no fuimos los últimos). Un pero: acabando de comer, abrieron las puertas de la terraza y algún vecino se encendió un puro (sin preguntar) sin salir del comedor; menos mal que el calor del comedor hizo salir el humo hacia la salida.