Restaurante La Taberna de La Cuarta Esquina en Calahorra
Restaurante La Taberna de La Cuarta Esquina
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:

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Precio desde:
23,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
31 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
5.9
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
4.8
Comida COMIDA
7.0
Precio medio entorno ENTORNO
5.0
RCP CALIDAD-PRECIO
7.2
Opiniones de La Taberna de La Cuarta Esquina
OPINIONES
8

Establecimiento tipico donde el producto de la zona prima sobre lo demas. Lleno y con buen ambiente. De entrantes unos Pimientos de cristal y unas Pencas de acelga rellenas. Segundo Merluza rellena de langostinos. Un postre de tocino de cielo con maracuya. Pujanza para acompañar la comida. Cafes etc. Ambiente agradable, raciones exageradas, cocina casera

Cada vez que me desplazo por la zona es parada obligada, en esta ocasión era domingo y al llamar para reservar me dijeron que me daban la mesa justo a la entrada puesto que era última.
Cuando se trata de comer productos frescos, de primera calidad, bien cocinados es imprescindible recalar en la Taberna, hay que obviar la poca simpatía del servicio y centrase únicamente en su cocina.
Comimos un timbal de judias verdes con cigalas y unas excelentes pochas con tocino (homenaje al colesterol) los segundos manitas de cerdo deshuesadas y a las tres cocciones y perdiz escabechada.
Un postre, no recuerdo que pedimos.
Vino Rioja crianza Aticus, agua, y dos cafés

Cuando apartamos las exquisiteces de acudir a un restaurante por el servicio, la comodidad, el lujo a fin de cuentas... y dejamos el protagonismo al hecho de comer bien, este restaurante se defiende como uno de los mejores. Y esto no es ni bueno ni malo, depende de lo que uno prefiera en cada momento. Aquí la comida es de primer nivel, los productos de la zona son excepcionales, presentados con la sencillez de la comida casera, en raciones muy generosas. Destacan las verduras locales, los guisos y asados de carne, pero también pescados y moluscos. Por ejemplo, un manojo de espárragos blancos frescos de exquisita finura, de medio kilo aproximadamente, presentado tibio, con vinagreta y mayonesa, por 11 EUR. La carta es amplísima, muy difícil no encontrar diez platos que uno pediría sin dudar. No tiene concesiones a la modernidad, ni falta que le hace. En cuanto a los vinos, su carta es suficiente, con referencias riojanas preferentemente, que es lo que tiene la zona. El trato por el vino es sencillo, pero no falto de lo primordial: buena temperatura y buenas copas. El ambiente es de restaurante local, siempre muy lleno y muy apreciado por los lugareños, con un trato que se puede calificar de justito, pero que se centra en lo básico: dar de comer adecuadamente a 40 personas todos los días, en los tiempos adecuados, con el ritmo correcto, sin alardes y sin florituras. Todo ello a un precio muy razonable: yo salí de allí harto de comer platos tradicionales deliciosos, con vino de la zona, cafés y postres incluidos por 23 EUR/pax.

Actualmente al tipo de cocina que se ofrece en este restaurante se le llama cocina de proximidad o de KM 0.
Desde siempre en este restaurante se han ofrecido las exquisitas verduras que ofrece esta tierra, pescados del Cantábrico y carnes de la zona y una amplia selección de vinos de esta región
Mantiene la decoración clásica, el servicio es atento aunque no es un derroche de simpatía.
Tomamos una parrillada de verduras y una alcachofas con almejas, los segundos consistieron en pollo muy bien guisado y rabo de buey que estaba excepcional.
El vino Gavanza crianza, fué servido a una buena temperatura y en copas adecuadas.
Tomamos dos cafés.

Nos lo habían recomendado, intentamos ir el viernes pero no habíaa sitio, así que reservamos para el día siguiente. El restaurante no está mal ambientado, pero creo que el servicio no está a la altura. Por ejemplo, éramos 6 y nos sentaron en una mesa para 4, sin apenas separación con una mesa de 2 que, obviamente, habían separado de la nuestra, pero que no unieron cuando se marcharon los comensales si no que volvieron a montar para 2 y doblar. Los platos no se posaban en la mesa, volaban por encima de nuestras cabezas para acabar sirviendonos nosotros mismos. Lo peor es que a los 5 minutos de sentarnos se levantó una mesa de 6 que montaron para 4 dejándonos a nosotros "arrinconados", ¿Por qué no nos hicieron esperar esos 5 minutos?.
La comida bien, compartimos los primeros. Alcachofas salteadas con jamón: excelentes. Ensalada de foie, muy buena. Salteado de hongos: bien de textura peor algo faltos de sabor. Los segundos: cocochas, exquisitas. Tallarines con trufa y setas, cogote de merluza y tronco de merluza relleno de carabinero, todos bien resueltos. Las raciones son muy grandes, sobre todo si has estado visitando bodegas y comiendo en ellas los dos días anteriores. El vino de la casa un rioja crianza, salio demasiado frío, pero con la gente que había la verdad es que no tardo mucho en alcanzar la temperatura adecuada.
Lo dicho:LASTIMA DE SERVICIO, entiendo que en una época de crisis haya que intentar rentabilizar los negocios pero, sin dejar de tener un buen servicio.

Dentro de Calahorra se encuentra este pequeño restaurante, de estilo tradicional y regentado por varias generaciones de una misma familia. El trato es muy amable, y la cocina tradicional riojana es especialmente buena, sobre todo las verduras y hortalizas de la huerta.
La carta de vinos contiene una multitud de botellas de practicamente todas las bodegas de Rioja, que si bien es cierto falla por no incluir referencias a otras D.O, tiene las suficientes referencias como para tomar el "tipo" de vino que a uno le guste. Yo elegí un Sierra Cantabria Colección Privada 2005, y lo cierto es que me hizo disfrutar, sobre todo teniendo en cuenta que el precio de la botellas es más barato que si la compras en alguna tienda de vinos.

Comimos dos entrantes y dos platos principales con el vino mencionado y un Gran Reserva Prado Enea 1996, postres, cafés y copas y sorprendentemente resultó bastante económico en relación a lo que pedimos, y a la calidad.

De viaje por España, se nos ocurrió visitar este local de renombre en la rioja, situado en el casco antiguo de la ciudad. La verdad es que no nos sorprendió nada. La comida dentro de lo que cabe correcta, aunque no hace falta ir hasta allí para degustar su cocina, la carta de vinos con solo referencias de rioja, pedimos una botella de un buen vino que nos la sirvieron recién sacada de la nevera, completamente helada con lo que no se apreciaba para nada el sabor del vino y tuvimos que pedir otra natural para mezclar. Las copas justas para los vinos que tienen, y el servicio lento con atención que parecía que te hacían un favor por atenderte. En fin una experiencia más, pero si tengo algo seguro es que no volveré.

Restaurante tradicional decorado en estilo clásico, en el que destaca la comida típica de la zona.
La comida es fundamentalmente riojana tradicional, aunque hay algunos platos con toques modernos. Destaca sobretodo la gran calidad de las meterias primas en general y de las verduras y hortalizas en particular.
La carta de vinos es amplia, aunque únicamente cuanta con referencias de Rioja. El servicio del vino es correcto, con las botellas a la temperatura adecuada. La cristalería que ponen en mesa, en cambio, no está a la altura. De todos modos, en alguna mesa observé copas adecuadas, con lo que supongo que se pueden pedir.
Precios bastante ajustados, tanto en el vino como en los platos.

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