Hoy he llamado para reservar y me han comunicado que el restaurante ha cerrado definitivamente el mes de junio pasado.

Si lo que le pido a un restaurante es buena comida y algún sabor nuevo, este restaurante lo cumple todo. Probamos el menú degustación sencillo y tanto en la cocina como en el servicio se nota el amor al trabajo y la profesionalidad. Todo estaba en su justo punto de sabor y temperatura. Me sorprendió el exquisito sabor y finura de la copa con crema de guisantes y menta, la mousse de espárragos silvestres por su monocromatismo denota originalidad y el sabor exquisito de la lubina asada. A pesar de que nosotros fuimos comiendo muy deprisa, porque ese día habíamos caminado largo rato, en ningún momento se demoró el servicio. El carrito de postres puede ser una idea clásica pero no su contenido. El bizcocho del brazo de gitano de frutos rojos tenía un punto insuperable y delicioso. Un acierto comer con música muy suave de fondo y acompañar la comida con un cava a buena temperatura.

Restaurante que mantiene su identidad a pesar de las modas. Carta de platos que, se sospecha, están bien depurados y cada uno es un toque seguro, como si cada uno fuera una especialidad en sí. Carta de vinos correcta y el servicio, en nuestro caso cava, perfecto de temperatura y estado. Como cada uno tiene su gusto, a mi me resultó muy agradable el carro de postres, ya que, además de su "romanticismo", cada uno de los platos estaba increible. Volveremos.

Muy buen restaurante en Castelló d’Empúries. Regenta una estrella michelin. La cocina es moderna pero sin pretensiones. Carta de vinos cortita pero buena. Lástima del carro de postre que ya no se lleva.

Sí, una estrella Michellin però jo vaig sortir dient...pssse! el lloc, la decoració i el menjar molt clàssic. No vaig trobar-hi cap innovació com crec que es correspond a un restaurant d’aquesta categoria. Res a dir de la qualitat de les primeres materies. Lloc pels amants de la bona cuina super tradicional.
Vi Oliver-Contí blanc, DO Ampurdà, molt recomenable.