Lo que podría parecer por fuera un chiringuito al lado de la piscina del pueblo, se convierte por dentro en un restaurante confortable, no exento de minimalista elegancia.
No voy a comentar mucho más puesto que hay muchos comentarios mejores que el mío.
Lamentablemente fui solo por lo que no pude probar muchas de las cosas que me hubieran gustado.
Comí un revuelto de perretxikos y unos callos de Wagyu, que entiedo yo que el estómago del animal será igual sea wagyu o avileño, pero estaban muy ricos.
Le pedí un champagne al camarero y fue a consultarlo con Fonso, me trajo un Huet Vouvray Brut 2010, que como bien sabemos no lo es, pero como me gusta mucho me valió y me bebí bien a gusto.
Bien servido, en buenas copas. Lamentablemente la carta de vinos no está actualiza y consta de muchas cosas que no se pueden consultar en un papel, lo cual dificulta la tarea para los frikis, porque el chico que en sala ayuda a Fonso tiene cierto conocimiento, pero no es un experto. Me hubiera gustado ver que otras cosas tenían, y tampoco me iba a poner pesado para que me enseñaran la bodega.
El precio lo calculo suponiendo que la botella no la hubiera pagado yo solo :(