Dominio absoluto de la técnica, producto impecable

Se puede decir que el de los hermanos Feliu es el único restaurante que no nos decepciona nunca, y este verano nos ha vuelto a sorprender. El equilibrio calidad precio es excepcional. Lluís, el único chef de aura moderna que no sale de la cocina a saludar a los comensales, tiene un dominio absoluto de lo dulce y de lo salado; de las cocciones perfectas de la carne y el pescado... y los postres son absolutamente sorprendentes, con un gran dominio de la leche en todas sus texturas. Se nota su raíz autodidacta poco condicionado a reiterar técnicas machacadas en las escuelas de cocina actuales. No es cocina moderna de imitación. Tiene un discurso propio increíble basado en su situación (interior de la comarca de la Selva) adaptando el menú a cada estación. Especialmente destacable la cocina de otoño, reinterpretando las setas y la caza. La amabilidad del jefe de sala es muy destacable. La carta de vinos, suficiente aunque mejorable. Hace años que se merece esta estrella Michelín.