Es la tercera o cuarta vez que visito este restaurante y real y efectivamente hay algo en el que “Roza”! Algo que no acaba de enganchar o enamorar!
La ubicación es inmejorable! Las instalaciones, decoración y puesta en escena son mas que correctas, se ha prestado atención y cariño en vestir las mesas, en la vajilla, cubertería y cristalería, pero algo sigue desafinando y sin duda es el servicio!!! No entiendo por que se empeñan en “mediocrizar” un negocio que tiene todo para ser optimo! Y es que se siguen empeñando en dar de comer a muchos mas comensales de los que pueden atender y esto no es bueno!!!
A pesar de todos los pesares, comimos tarde, pero muy bien y pasamos un rato verdaderamente agradable, correcta la bodega, con muchas referencias, pero con alguna falta después de la “desbandada” del primer turno, mas que correcto el arroz y la fidegúa, bien las entradas y muy resultones los postres, todo bien! Incluso el precio, que esta en mercado… pero el bullicio ensordecedor, la locura de idas y venidas de camareros histéricos y sudorosos, los niños sueltos por la sala, cuando tienen toda la `playa a su disposición, los cuartos de baño en un estado lamentable, etc,… Hacen de un local que podía ser toda una referencia, en uno de tantos macro centros de reunión de fin de semana con la familia, una pena!
Por cierto, Chapeau para la nueva niña que hace de maître en la sala, que es de lo mas atento, agradable y servicial del mundo, sin duda, lo mejor del local, una perla! Creo recordar que se llamaba Merche.
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