Restaurante Sant Miquel en Vallromanes
Restaurante Sant Miquel
País:
España
Provincia:
Localidad:
Dirección:
Cód. Postal:

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Precio desde:
50,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
63 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.2
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
8.3
Comida COMIDA
8.7
Precio medio entorno ENTORNO
7.8
RCP CALIDAD-PRECIO
8.5
Meloso
Lenguado crujiente
Pulpo
Meloso
Lenguado
Pulpo
Opiniones de Sant Miquel
OPINIONES
8

Nueva visita al Sant Miquel de Vallromanes 10 meses de la anterior. Demasiado tiempo para disfrutar de una excelente cocina pero justificado porque nuestra agenda de restaurantes conocidos y por conocer es amplia.

Sábado noche, unas 20 personas cuando llegamos sobre las 21:45 horas. Sala bien atendida por el propietario y 2 camareras. Comedor amplio, con mesas muy bien vestidas y una decoración que invita a disfrutar de la mesa. en esta ocasión compartimos unos entrantes, raviolis de rabo de toro con salsa de vino tinto y un timbal de pulpo de Arenys con puré de patatas y aceite de pimentón. Ambos riquísimos. Como comenté en mi anterior reseña los entrantes son muy apetitosos y se hace difícil escoger un par.

De segundo un meloso de ternera con puré de patatas y aceite de trufa y un lenguado crujiente relleno de uva con salsa de parmesano. También los compartimos y me quedaría con el meloso. El lenguado lo prefiero a la plancha para notar mejor su sabor. 

Y un postre compartido, como no, de espuma de crema catalana con helado de flan (todos los postres son caseros).

Unos buenos cafés y un Mas Sinen La Vall 2017 de Celler Burgos Porta, como en la anterior ocasión. Un Priorat de Poboleda, bodega familiar, excelentes vinos tintos y blanco. Nos gustan los tintos de este Celler, no son fáciles de encontrar y repetimos.

Vallromanes es un pueblo de interior muy cercano a Granollers por un lado y El Masnou por el otro, y a 10 minutos de la salida de la autopista que une Barcelona y Girona. Vale la pena este desvío para conocer uno de los mejores restaurantes del Vallès Oriental. 

  • Meloso

    Meloso

  • Lenguado crujiente

    Lenguado crujiente

  • Pulpo

    Pulpo

  • Meloso

    Meloso

  • Lenguado

    Lenguado

  • Pulpo

    Pulpo

Restaurante familiar, ella en la cocina y él en la sala, en una casa en el centro del pueblo. Excelente cocina de mercado, carnes y pescados en su punto. Entrantes originales que te hacer dudar cual escoger. Mesas separadas y muy bien puestas en un comedor muy bonito y bien iluminado que induce a una comida tranquila, sin prisas. Enorme bodega. Uno de los mejores restaurantes del Vallès Oriental.
En nuestra última cena compartimos un finísimo pastel de setas y de segundos un pulpo a la brasa jugoso y un steak-tartar para mi gustó poco picante (mejor preguntar el punto de picante en el momento de hacer el pedido). Todo ello acompañado de un Priorat, concretamente un Mas Sinen del Celler Burgos-Porta, vinos que descubrimos en una visita a Poboleda y que recomendamos sin ninguna duda.

Celebración de empresa en el comedor de la planta inferior de este bonito restaurante. El menú degustación compuesto por unos entrantes variados un segundo a elegir y postre. De los entrantes, especialmente reseñables el ravioli relleno de verduras y langostino en su aceite (soberbio), y el pastel de setas con salsa de trufa (muy sabroso). De segundo elegí el pato con peras y salsa de porto, un punto de cocción perfecto y muy sabroso (sobre todo el confit). El postre: biscuit de ron con piña caramelizada y espuma de lima, delicioso. Índicar también que me parecieron buenísimos los Chips de patata, plátano y boniato que nos pusieron con la cerveza durante la espera. El café, flojo.
El vino, estaba elegido con el menú, tome una copa de blanco, no pude ver el nombre pero no era especialmente relevante. El tinto un campo de Borja, Bole 2007 de bodegas Borsao. No estaba mal, aunque al sustituir mi copa de vino blanco me pusieron una poco adecuada y tanto en nariz como en los instantes iniciales, no pude apreciar demsiado bien el vino.
Recomendable.
No puedo hablar de la RCP porque no pagué pero el precio de carta es alto, aunque el menú está bastante bien.

Gracias a nuestro amigo Catachán pudimos disfrutar de una magnífica velada en este restaurante, donde Josep María no dejó de estar pendiente de nosotros para que todo fuera de maravilla. El restaurante es pequeño, acogedor, con una decoración muy atractiva y cálida, un sitio para pasar una auténtica velada romántica con tu pareja o de disfrute con más personas.

El menú pues fue un menú degustación a base de setas, un total de 9 magníficos platos a cual más impresionante, el nivel fue increscendo, comenzando con unos rovellones, lentejas pardinas y verduras, luego la croqueta de boletus. En las entradas me llamó la atención la sopa de fredolics con buey de mar, por el concepto. En los segundos ambos fueron impresionantes, tanto el pescado con trompetas de la muerte y puré de brócoli con puntillitas y gengibre y por otro lado la patata rellena de butifarra con salsa (sublime).

Los postres, dos, geniales, una maravilla de lo que se puede hacer con las setas, es como si hubiera descubierto otro mundo.

El servicio muy profesional, magnífica carta de vinos.

Hace pocos días un buen amigo nos invito a un tercero y a mí a comer en el Restaurant St. Miquel, enclavado en la plaza de la iglesia de la localidad de Vallromanes. De entrada la plaza seduce. El restaurante es pequeño y acogedor. Josep Maria está siempre atento a las necesidades de cada mesa y Margarita, entre cazuelas y fogones, se escapa de vez en cuando para ir personalmente a cada mesa para comprobar que los comensales están satisfechos con su trabajo fruto de su esfuerzo.

Elegimos un menú degustación dejándonos llevar por las propuestas de Josep Maria. El aperitivo consistía en un Royal de “Fredolic” con tocino y una Cuchara de xiitake con palomitas y crujiente de queso parmesano, que acompañamos con una copa de espumoso Ariadna. Los primeros platos, con un Billecart Salmon Rosé, fueron Crema de calabaza con manzana y crujiente de butifarra negra, Ravioli relleno con langostinos y verduras, Pastel de setas con salsa de tofona, Lenguado crujiente relleno de uva con salsa suave de parmesano y Cochinillo con salsa de canela y jengibre. Cuando se acabó el champagne y los platos iban adquiriendo mayor consistencia continuamos con un impresionante Paciencia 2004 (de Bernard Magrez, Gèrard Depardieu). De postre Bombón de coco, toffe y chocolate con helado de avellanas y un surtido de quesos armonizados con confituras, acompañados de tres vinos dulces excepcionales Albet i Noya Les Timbes 2006, Tokay Oresmus Late Harvest 2004 y Quinta do Noval Porto Vintage 1990.

Al que le gusta comer y beber bien esto le supone una jornada gastronómica memorable que no me atrevo a puntuar con un 10 en todo: El restaurante, la acogida, la comida, los vinos, pero por encima de todo el calor de la amistad que hacía temblar la mesa que compartimos. Por eso opino que el entorno es muy bueno y no opino sobre el servicio del vino, la comida y la relación calidad-precio. No sabe/No contesta. Pero sigo impresionado de lo que comí y bebí ese día.

Pocas veces tiene la gente normal oportunidad de comentar un acontecimiento en el cual conjuguen con tanta armonía los manjares servidos por Joseph M, y todo el equipo del Sant Miquel, con un maridaje de Liberalia D.O de Toro acompañados por el propietario de la bodega. Sr. Juan Antonio Fernández Martín el cual ha conseguido posicionar sus vinos por la calidad que atesoran entre los mejores de nuestro país, quiero remarcar su sapiencia sobre vinos, la sencillez de sus comentarios y el buen rato que hemos pasado con el.
También felicitar al restaurante por la exquisitez que esta demostrando, con la bien cuidada cocina, y con la importancia y el trato que se le da al vino, no hago referencias de platos ni de vinos por que seria demasiado largo solo comentar que fueron 8 deliciosos platos y 7 vinos

Que se preparen todos los estrellados que se miran el ombligo, y vean como restaurantes como el Sant Miquel , están caminando hacia la cima y de la única forma posible dando calidad, en un entorno elegante con aire romántico. Local amplio buena distancia entre mesas, una carta y unas sugerencias exquisitas hacen de esta cocina innovadora y de autor que puedas probar (como dice un forero en otro comentario) platos que rozan el delirio. Carta de vinos sobresaliente con caldos nacionales y foráneos destacando esos vinazos poco conocidos como un aquilón del 2002 de Alto Moncayo, adecuada temperatura y una cristalería digna del mejor banquete. Servicio profesional, comedido y encantador, todo un referente a tener en cuenta en las salidas con mi familia

Intentan hacer cocina de diseño sin tener una personalidad demasiado definida. Es un quiero y no puedo.
Bien las copas, bien la carta de vinos y muy bien el servicio.
Hay mejores opciones en la zona.

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