De vuelta a mi barrio natal (Russafa) en plena vorágine fallera decidimos tomarnos una pausa en este oasis gastronómico que sobrevive en una zona muy (¿excesivamente?) plagada de locales lowcost. Guillaume se las apaña para hacer una cocina de mercado que intercala con un menú de carne y tapas. Nos decidimos por su menú de mercado (27,5€). Te reciben con un plato de aceitunas y que acompañamos con uan manzanilla. En el menú hay unas entradas: Buñuelos de bacalao con all i oli suave de miel, excelentes, con su justo equilibrio entre el bacalao y la patata y el suave acompañamiento del all-i-oli. Seguimos con un minicanelón de berenjena relleno con boloñesa de rape, un plato lleno de sabor y personalidad, muy rico; una cremita de tupinambú, espectacular, magnífico sabor, textura y equilibrio y cerramos los entrantes con una excelente ensalada de bonito a la sal con crema de almendra. De plato fuerte presa de Ibérico a la brasa, zanahoria glaseada y puré de coco con un toque de pimienta de Sichuan. El sabor de la carne matizado con los toques del carbón, muy, muy bueno. De postre una cremita de calabaza con helado de vainilla, muy fina y un final ideal. Buenos cafés y una copita de Banyuls cortesía de la casa. Bebimos con un excelente albariño, el Zárate si bien la opción del maridaje de vinos que ofrecen me resultó muy tentadora. Si no conoces este restaurante, deberías...