Verdadera lástima lo que ha ocurrido con el paso de los años con éste bar

Verdadera lástima lo que ha ocurrido con el paso de los años con éste bar de vinos (me refiero al de la Pza.Santa María). Antes todos los camareros eran verdaderos sumilleres, conocían los vinos que servían, les podías pedir recomendación, el trato era de gran amabilidad, la clientela era fiel, amante de los vinos. Todo esto ha desaparecido. La clientela es mayoritariamente turista extranjera, con lo cual no hay fidelidad; los camareros no son ni una sombra de los profesionales de hace unos años : caras agriadas, la mayoría no saben darte los detalles de cata de los vinos que ellos mismos sirven, poca profesionalidad en el servicio, incluso ha bajado ostensiblemente la calidad de las copas. Hasta tengo la impresión que la selección bisemanal de vinos por copas no es ni interesante ni trabajada, aparte de mucho más cara que antaño. Se acabó aquel precioso rincón en el Born, donde los aficionados disfrutábamos de una buen vino en compañia de unos sumilleres que nunca ahorraban una sonrisa ni un buen hacer profesional. Supongo que el dueño del local prefiere el dinero fácil y sin complicaciones de los turistas, que no suelen exigir más que un vino Rioja, y que se renuevan constantemente, sin generar fidelización ni ambiente de caras conocidas. Espero descubrir pronto a un sucesor de La Vinya del Senyor, porque para mi ya no es una digna vinoteca.

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