Un local en el que iba cuando tenía 18 años. Bullicioso, sucio, incómodo y de calidad, en cuanto a la materia prima, más que dudosa. Tiene fama por los años que atesora, por el sitio donde está y porque es pequeño, pero del público nacional ya no podrá vivir, porque los tiempos cambian...la gente y los empresarios de la hosteleria evolucionan a mejor, mientras que muchos siguen viviendo de tiempos pretéritos hasta que poco a poco e inexorablemente, vas perdiendo clientela...Renovarse o morir...ese será algún día o quizás ya lo sea ahora, su reto.