Este restaurante es mi debilidad, por cercanía y buen hacer lo visito con cierta asiduidad, pero mucho menos de lo que me gustaría.
De lo que comentas la torta de gachamiga es genial, explosiva y original, a la vez que tradicional. El ajopringue manchego es el mejor que se ejecuta en toda la Comunidad, esta desgrasado hasta limites insospechados cuestión que no le resta un ápice de sabor. Respecto a la liebre, en este local además de dominar la cocina cinegética elabora los escabeches como nadie, los dos aspectos al unísono en esa tapa, que aunque parece sencilla cuando te la metes en la boca te quedas totalmente perplejo. El plato de caballa a la sal es increíble, no solo por la combinación de ingredientes (que es muy acertada), principalmente por el punto de la caballa, es muy dificil conseguir un salazón de esa suavidad, ese sabor y esa textura, muestra un dominio entre el límite de lo crudo y lo cocinado ejemplar. El canelón de calamar es un clásico de la casa que nadie puede dejar de probar en una visita a Maralba, plato de 10 que no podrá quitar de la carta y que es muestra de la influencia mediterránea del restaurante. La sopa de gallina es buena, pero con la acertada aromatización de los tallarines de nabo la consiguen hacer excelente y soberbia. El pescado que oferta, y el punto de cocción que le confiere no tiene rival en todo Albacete. Y podríamos seguir y seguir y seguir...........
Todo esto sumado a una excelente y competitiva relación calidad-precio hace que este restaurante sea adictivo.
Me ha gustado mucho tu crónica, saludos y gracias.