Todo un descubrimiento gastronómico

Por fin he podido ir en estos días de vacaciones a este restaurante. Me parece que todas las recomendaciones que me dieron mis amigos fueron pocas, porque el sitio es genial. Cuando entras tienen una pequeña recepción, donde se nota el toque personal femenino de la jefa de sala. El comedor donde estuvimos es muy acogedor, mesas amplias, lo cual se agradece mucho, a día de hoy!, la iluminación muy bonita en cada mesa... y los otros dos comedores, que nos enseñó Cristina, muy en línea con el restaurante. En la bodega han creado un rincón muy vinícola, entre cerámica y madera, que para mi gusto está muy acertado. Tienen los vinos a una temperatura increíble y eso en la mesa se nota, y MUCHO, puesto que hay muchos donde no se preocupan de esto de la tº.
¡Qué os voy a decir de la comida!!!!!... Pedimos el menú degustación de Francisco Martínez, que es el más largo de los dos que tienen. Desde el detalle que nos hacen en el picoteo, las tapas sorpresa y todo lo demás, incluído los postres, un 10!!!!!!, la vieira espectacular, el bacalao en tartar y sandíaaaaa, uhhhhmmmm, buenísimooooo, cane´lón de cigala, anguila ahumada, bacalao ( de la mejor calidad que he comido nunca, y yo soy muy de bacalao... ), y el pato fantástico. la sección de postres muy buenos con la sopa de almendras y hierba luisa hecha helado, y el browni, genial, chocolateeee!!!!.
Cristina, nos recomendó un vino de la zona, Tudon´s, sirah, relación precio muy bueno ( 16 euros ).
Id a este restaurante no os decepcionará. El trato es muy cercano, y tanto Francisco el cocinero que entramos a saludar a su cocina ( joven, con tansolo 30 años, y todo lo que le queda por andarrrr; y Cristina la jefa de sala, de la misma edad, y un encanto, agradable, muy servicial y atenta, y con una simpatía que te hace sentir como en su casa.

Mucha suerte a este matrimonio porque se la merecen, de verdad. Y a los señores de la Michelín, apuesten por este sitio, porque va a dar mucho que hablar, no se van a equivocar.