Cada día mejor

Alberto Molinero abrió hace unos pocos años este restaurante de cocina creativa, en lo que anteriormente fue un conocido asador de la zona (Asador Lola). Ganó el premio al mejor cocinero de Castilla y León en el año 2007, y el premio a la mejor tapa en Alimentaria 2008. A partir de ahí apareció en Metrópoli y en El Viajero con buenas críticas y, poco a poco, sin hacer ruido, ha ido asentando su cocina hasta convertir su restaurante en una de las mejores referencias de la zona.

El local ha sufrido una remodelación completa y ahora ofrece un marco mucho más acorde con el tipo de cocina que Molinero ofrece. Decoración sobria, elegante, con buena separación de mesas, buena mantelería y vajilla de calidad. Al fondo de la sala se ve la bodega (bien seleccionada, con referencias clásicas y modernas a precios suaves), y una especie de jaula acristalada, con sillones y una mesa, que es la única zona del restaurante en la que se puede fumar.

Atención en sala muy amable, cercana y sin formalismos.

La cocina del restaurante Lola es creativa, sin estridencias, con especial acento en la utilización de buen producto de la tierra. En algunos platos se nota el stage de Molinero con los hermanos Roca.

Ofrece la posibilidad de un menú degustación que, con cuatro entrantes, pescado, carne y dos postres, por 46 Euros es una ganga para lo que ofrece (ya sabemos que calificar de ganga un menú de 46 E., a algunos les parece fatal, pero un menú de esta categoría en Madrid podría rondar los 65-70 E. sin problemas).

En nuestra última visita pedimos a la carta porque el menú tiene que ser a mesa completa:

Aperitivos

Chips de verduras, servidos en una copa de cóctel, muy vistoso. Buena entrada.
Mini corte de foie con pan de especias. Muy bien.

Entrantes

-Cigalitas salteadas con yema de huevo y migas. Un mar y montaña excelente que se ha convertido en un plato clásico de la casa.
-Timbal de foie y manzana caramelizada. De los mejores platos de la comida (y eso que el foie nos suele cansar bastante).
-Bogavante en cocotte con verduras, yema de huevo y crema de setas de pino. Es un plato nuevo en la carta y, aunque nos gustó, nos convenció menos que el anterior. Las verduras estaban al dente pero la mezcla de sabores desdibujaba el sabor del bogavante (que ya era un poco soso de por sí).

Principales.

-Lubina salvaje con verduras. Sabor potente, a lubina de verdad, y muy buen punto.
-Entrecot de vaca gallega a la brasa, tierna y sabrosísima.

Postres

-Cromoterapia de naranja (postre de los hermanos Roca): granizado de naranja y fruta de la pasión, compota de zanahoria, crema helada de yema de huevo y licor de albaricoque. Un mezcla refrescante, golosa y deliciosa.
-Lingote de chocolate y oro. Muy bueno.

Buenos petit fours (pasta, gominolas, taco de chocolate) con los cafés (de buena calidad).

Con un magnífico Marqués de Terán 2004, aproximadamente 50 E. por cabeza.

Muy recomendable.

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