No había estado nunca en este restaurante, iba con cierto escepticismo

No había estado nunca en este restaurante, iba con cierto escepticismo después de leer las críticas en esta página y no creo que vuelva. Un restaurante de esta "categoría" (al menos supuesta) no puede tener a la gente más apretada que en un convite de boda. Apenas hay espacio entre las mesas para pasar los camareros ni los comensales: "un 10 a la optimización del espacio". De entrantes tellinas (10 €) y chipirones fritos (13.50 €), correctos sin más. El arroz meloso de cigalas, rape y setas (20 €), técnicamente bien elaborado, materia prima de calidad aceptable y buena presentación pero, para mi gusto algo soso. Los postres correctos pero no creo que sean caseros y a 6 € por trozo de tarta me parece caro.
La carta de vinos es "enciclopédica" pero el servicio del vino INEXISTENTE: copas con forma adecuada grabadas con el anagrama de la casa baja calidad. Nos traen el vino (Pago de Carraovejas cr 2003) a temperatura y precio (25 €) aceptables, lo abren y nos dejan la botella en el extremo de la mesa y se van, no vemos ni el corcho. Al cabo de un rato al pasar por el lado nos preguntan si el vino esta bueno. Afortunadamente el vino estaba bien, pero en un restaurante de esta "supuesta" categoría y atendidos por un tal Julián (que por lo que he leído debe ser el sumiller) creo que merece un trato mejor.
Al final a 40 € por persona. Sinceramente me parece caro para lo que ofrecen y hay muchos detalles mejorables. En fin, será nuevamente ci

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