Local situado en Les Corts, cerca del Camp Nou, de diseño y decoración sencilla y moderna, cómodo y funcional, con una buena separación de mesas. Estuvimos solos, ya que abrió para un evento vinícola especial.
La cocina nos pareció muy destacable. De corte moderno pero sin renunciar a los sabores tradicionales, en una carta escueta y atractiva. Tomamos un menú degustación preparado ex-profeso, que constó de unas fresquísimas ostras con mantequilla helada, unas croquetas de queso de cabra, una sabrosa ensalada de rúcola, tapenade y langostinos, un excelente plato de pasta con txangurro, un meloso corzo asado y un goloso brownie de chocolate con helado de vainilla. A enfatizar el plato de pasta (de deliciosa integración, imperial con un Barolo Cascina Francia 98 de Conterno que aportamos) y el corzo, con un punto de cocción inmejorable, contundente y lleno de sabor. Comimos realmente bien.
Carta de vinos mejorable, son referencias interesantes, bien escogidas, pero resultan algo escasas. Catálogo basado en vinos catalanes, con alguna buena referencia y presencias de otras zonas nacionales. Copas correctas y vinos conservados en cavas climatizadas. Del servicio no podemos hablar mucho, pues fue una comida totalmente informal, a puerta cerrada, de ahí que no puntúe.
A los mandos de José Ruiz, un profesional de dilatada experiencia en grandes restaurantes de Barcelona, surge este interesante proyecto que nos pareció más que recomendable por su magnífica cocina. Debemos recalcar una vez más que fue un evento extraordinario, llevando nosotros los vinos y a puerta cerrada, pero sin duda que mereció la pena. Unos 40 euros sin vino.
Visita a este Restaurante el pasado 23 de Noviembre con el grupo de cata de Barcelona. Una gran experiencia. Nos costo un poco de trabajo dar con el lugar, esta un poco escondido pese a que queda tan cerca de Avigunda Diagonal y el Corte Ingles mas alejado de la Eixample. Comenzamos con un jabugo 5 jotas que el chef tardo 25 minutos en rebanar para dejar unos cortes perfectos. Unos pulpitos muy buenos y otras cosas que se me escapan. De segundo probe un rape con panzeta y bollets tromp de la mort que estaban muy sofisticados. El pescado en su punto, con olor y sabor agradable. Los bollets bonisimos. De postre unos quesos excelentes y mouse de chocolate. Los vinos fue toda una fantasia, que el mismo grupo llevo. Destaco un blanco del Priorat que era todo perfume de flores y frutas citricas y que marido maravillosamente con el rape. Claro que volveria en otra ocasion. El chef majisimo y escuchando todos nuestros comentarios.
Volví de nuevo pero esta vez a probar la carta y a comprobar carta de vinos y servicio del mismo.
Envidiable el menú de diario por 20,00 eur con copa de vino incluida.
Respecto a la carta es francamente variada con casi una decena de primeros, segundos y postres. Además se complementa con unas cinco o seis sugerencias entre primeros y segundos.
Recuerdo el carpaccio de pulpo con una textura y condimentación excepcionales (así como los cachelos) y el lomo de rape con panceta para quitar el hipo!.
En el apartado de vinos, el surtido no es muy extenso pero creo que suficiente para armonizar con la comida. Las copas Schott, temperatura correcta y un detalle importante, al traer la segunda botella de vino, siendo idéntica a la primera, te la dan a catar en una copa a parte (importante no dar por supuesto que la segunda botella estará en idénticas condiciones que la primera).
Tomamos 2 botellas de Terrasses 2003 y para postres una copa de Tokaji Chateau Dereszla.
Disponen asímismo de un pequeño surtido de puros: tomé un Davidoff 1000.
Tres personas tomaron carta y una persona menú. Salimos todo incluido por 47,00 eur p/persona.
En general me sumo a los comentarios anteriores. La ocasión fue celebrada con el VI Encuentro Estintobásico y con ella un menú degustación ex-proceso que José Ruiz se trabajó en profundidad y siguió muy de cerca una vez en la mesa.
Buena sala: espacio generoso, decoración minimalista, buena iluminación y buena climatización.
Respecto al servicio todo son elogios, muy atentos en todo momento tanto en la recepción de los vinos llevados, el servicio de los mismos, respeto del tiempo solicitado en el servicio de los platos: un 10.
Las copas son mejorables (por lo menos las que nos pusieron). Los vinos en nuestro caso fueron aportados para la cata con lo que desconozco la variedad y precios de la carta.
Los platos preparados no puedo catalogarlos todos de complejos, pero sí de elaboración honrada, con diferentes niveles de elaboración adaptándose al paladar o mejor dicho gustos de los comensales. Platos con los que disfruté especialmente: Huevo Poché, Cebolla Confitada y Crema de Azafrán que maridamos con un Vinya la Calma, un ya clásico de nueva hornada Rissotto de Ceps y Parmesano (con Placet 2002) y los Raviolis de Gambas con "Rossinyol" y Crema de sus Vísceras (con Enate CH 2002).
El pan mejorable, como viene siendo de costumbre, precongelado.
Una muy buena referencia en BCN a precio correctísimo y donde se respira mucha humildad.
Local muy luminoso con separación mas que correcta entre mesas, decoración minimalista, en la mesa destaca la buena mantelería, vajilla y cristaleria (Scoth)
Disponen de armario climatizado y no hay problema con los decantadores.
Platos de diseño pero sin perder las raices de su sabor, respecto a su carta de vino no puedo opinar ya que se trataba de un aluerzo programado y disfrutamos de cavas y vinos ya dispuestos para la ocasión.
Comimos: Ensalada de langostinos sobre coulis de tomate a la albahaca, Arroz caldoso con bogavante y costilla, Lomo de rape asado con panceta ahumada, Espaldita de cabrito confitada en su jugo con muselina de apio y regaliz. De postres: Piña colada, sorbete de coco y gelee de ron, Coulan de chocolate con helado de vainilla; todo absolutamente memorable, a su temperatura, en su punto, bien presentado, excelente en definitiva.
Altamente recomendable, permiten fumar y ofrecen un menú diario por 20€ muy atractivo.
Local de nuevo cuño regentado por D. José Ruiz, con una larga trayectoria en los mejores restaurantes de Barcelona (La Balsa, Via Véneto, Juan Carlos I). Cocina sofisticada. Con una base de menú a 20 euros, y menú degustación fines de semana a 35€. Carta con excelentes especialidades. Tiene una bodega corta pero muy cuidada. Buenas copas (Schott). Postres y medias raciones de postres excelentes.