Pues totalmente de acuerdo; la labor anónima del camarero, tan poco reconocida, resulta fundamental a la hora de ensalzar (o tirar por tierra) una buena comida -como fué el caso-. Enhorabuena.
Un saludo, Manuel.
Este es un sitio en el que se come hoy igual que hace diez años, y en el que dentro de diez (o al menos eso espero) se comera exactamente igual, saben lo que hacen y hacen lo que saben, ni espumas, ni decoraciones minimalistas ni gaitas, platos de toda la vida.
Resaltar en esta época de cocineros "engreidos", de estrellas michelin, y de programas de cocina de cocineros superestar,a los camareros...todos conocemos el nombre de un monton de cocineros, (alguien me podria decir el nombre de un camarero, no, no sumiller, camareros...)por muy estupenda que este la comida si alguien no te la sirve...pues eso hacia tiempo que no encontraba camareros tan PROFESIONALES, de esos que no te das casi ni cuenta de que estan, si tienes que reclamar su atención malo, y si tienes que convencer a la parienta de que de verdad, de verdad, no conoces de nada a la chica de la recepción del restuarante peor aún.
De comer, unas croquetas de entrante (sin adornos, ni leches), muy, muy ricas, (me recordarón por momentos a las que hacia mi abuela), dos raciones de cochinillo (el gran horno que saluda la entrada al resturante es un buen presagio de grandes asados, no sólo cochinillo, sino paletillas de cordero, que vi también con muy buen trazao), más que correcto, una ensaladita sin cosas raras (para algunas ensaladas que he comido últimamente casí tengo que hace un master en botanica para determinar que llevan), lechuga , tomate y cebolla, flan de queso y un postre de chocolate, todo escoltado por un La planta de arzuaga navarro, carta en consonancia con el local variedad dentro del clasicismo riberas, ruedas, (no digo que un vino del bierzo, jumilla, australia..etc no le fuera bien al toston pero teniendo ribera al lado...) algo menos de riojas , más tinto que blancos, a precios razonables el mencionado la Planta a 10,50€, copas mejorables, los camareros te abren el vino te sirven y ya, pero al menos no te lo derraman sobre el mantel, como en algun lugar de mas copete. Decoración inmune al paso del tiempo. Un lugar en el que sabes a lo que vas. Por cierto si visitais la exposición las edades del hombre no tireis la entrada os hacen un 10%.
Pues totalmente de acuerdo; la labor anónima del camarero, tan poco reconocida, resulta fundamental a la hora de ensalzar (o tirar por tierra) una buena comida -como fué el caso-. Enhorabuena.
Un saludo, Manuel.
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