El tiempo se detuvo

Local que si al entrar estuvieran todos vestidos con moda de hace 30 años, pensarías que has cruzado la puerta del tiempo porque es lo mismo que hace 30 años (o más).
Entras teniendo una barra al frente que se utiliza para esperar porque está lleno, incluso alguna mesa duplica servicio, situación que no era igual en otros asadores cercanos. Dejas a la derecha un horno moruno culpable de la buena cocción de los asados, tanto cochinillo como cordero. El comedor abarrotado de mesas (y de gente) puestas en rombo contra la pared para que quepan más y hasta cuesta pasar entre ellas para ir al baño, no así a los camareros, 2, de la sala que tienen la misma profesionalidad que lejanía en el servicio; cada uno entra por una puerta abatible diferente a la cocina que está detrás de un mueble alacena que contiene cubiertos, copas, servilletas, vajilla... todo ello de una calidad suficiente.

Vamos de regreso del norte, así que tenemos suerte porque entramos pronto lo que nos permitió comer sin tener reserva previa. Carta de comida muy castellana (es lo que se espera) y bebidas aún más clásicas (Ribera y Rioja de corte clásico). La limitación de la carretera nos hace quedarnos con una de agua grande, Lanjaron, y dos copas de un blanco que nos traen a su elección: 4 Rayas, muy básico. a 2€ cada copa, con lo que ya pagamos la botella entera. Me encontré las copas servidas en la mesa al volver del baño. Ésto penaliza mucho la nota final y supongo que no sería igual de haber pedido una buena botella de vino; pero es lo que pasó.

El hecho de que falten más de 400 km también limita algo la petición de comida de ambos, y me quedé sin probar ese revuelto de morcilla típico del local, pero aun así nos animamos con una sopa castellana buena de sabor y servida en una cuenco de barro de buen tamaño.
La otra opcion fue judias blancas, más normalitas bien de punto de coccion y con tropezones escasos y de regular calidad aunque a 4€ el plato.

De segundos fueron cocochas con setas; calidad media y las setas (de bolsa congeladas) tapaban el sabor del pill-pill; plato muy mejorable, pero es lo que tiene pedir cocochas en un asador.
Mi elección fue cochinillo (17€): perfecto de asado, carne jugosa, piel de cristal, su poquito de salsita, ración de pata que ni se acompañó ni se preguntó si se empujaba con algo de verdura/ensalada para frenar el componente graso. Resultado muy bueno.
Lo que vi pasar de cordero tenía muy buena pinta también y ahí sí vi la compañía de verde.
Lástima no poderlo acompañar de un buen vino tinto.

De postre elegimos una de cerezas poco sabrosas aunque maduras como parece que estan viniendo este año y una cuajada casera con miel notable.

También nos cobraron 2 raciones de un pan tipo hogaza bueno. No tomamos chupitos (chopitos lo llamaron,) con dos cafés simplemente correctos, por aquello de los controles.

Merece la pena salirte 3 km de la autovía y no comer en esas maléficas franquicias de gasolineras. Observo que voy a mejorar el precio mínimo introducido, sin duda por falta de vino pero también es destacable que en 2014 sea más barato que años anteriores y eso pese a estar lleno. ¿O será por eso?

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