Fuí a comer a medio día y me llevé una grata sorpresa. Por 18 euros que

Fuí a comer a medio día y me llevé una grata sorpresa. Por 18 euros que valía el menú obtuve 2 platos y postre (muy buena pescadilla en salsa verde y excelente el postre, Canutillos de piña con salsa de chocolate) y todo muy bueno y fresco. La decoración es fantástica, parece un antiguo palacete, techos altos, recientemente reformado. Amplia carta de vino y buen servicio del mismo. La botella de vino no entraba en el precio del menú, obviamente. El problema es aparcar por la zona, pero por ese precio no todo va a ser perfecto. Recomendado

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