Calima, la readaptación de las recetas clásicas andaluzas

Ya que el viernes pasado estuve en una de esas experiencias culinarias de las que merecen la pena, pasaré a relataros cómo transcurrió nuestra cena en el Calima de Dani García en Marbella.

La expectativa era media, había oido decir de todo, desde que es el mejor cocinero andaluz y que Ferrán Adriá le considera entre los 5 mejores cocineros de España hasta que no está mal pero que el precio era excesivo para lo que ofrece. Creo que para apreciar este tipo de comida de vanguardia lo primero es olvidarse del precio (por lo menos durante la cena) y sobre todo tener la mente abierta y buena predisposición. El estado de ánimo es fundamental para poder disfrutar plenamente de las sensaciones que ofrece la alta cocina.

Llegamos al Calima, que está en el Hotel Don Pepe de Marbella sobre las 21h30. El sitio muy bonito y amplio con vistas al paseo marítimo. La cocina es vista, lo cual es siempre interesante de observar, sobre todo cuando ves a Dani García probando de los platos, ¿me estará metiendo sus dedos en mi plato te preguntas? jeje, suponemos que no…Bueno, vamos allá con el menú.

Entrantes, los finger foods, ya que se comen con los dedos, fueron seis:

Palomita nitro de aceite de oliva y tomate raf, curiosa textura, muy buena presentación, con el nitrógeno líquido debajo echando humo.
Tortillita de camarones de cristal, muy rica aunque menos impactante.
Mollete de antequera cocinado en papel de aluminio y relleno de galete de atún, el interior fue sorprendente con una salsa muy sabrosa.
Turrón de foie y yuzu, para mi la tapita más rica, la combinación era espectacular.
Ajoblanco malagueño cuajado, el caramelo de la ensalada de pimiento y espuma de lichis, la más original, un huevo cortado a 3/4 y dentro la mezcla (para este sí q había q usar cucharita), el caramelo estaba increíble, me gustó más cada cosa por separado que mezcladas.
Manzanilla al cuadrado, una copa de cocktail de manzanilla con una especie de aceituna esférica, lo dejo para el que le guste la manzanilla, yo no me encuentro entre ellos.

Entre medias nos trajeron diversos panes (mollete, pan de aceite, pan de agua, de aceituna negra, regañá, piquito gigante…), todos muy buenos y un par de aceites de variedades picual y aberquina. El vino blanco correcto, pero sin más. Seguimos con los platos:

Caldo frío de puchero infusionado con hierbabuena, flores de humus y huevo de codorniz pasado por agua, plato bastante bueno, las flores de humus eran lo mejor del plato, se deshacía en la boca, una textura y un sabor espectaculares.
Falso tomate raf relleno de pipirrana, gazpacho verde de aguacate con quisquilla de motril, para mi el plato de la noche, muy currao el falso tomate con una fina capa brillante roja de yuzú? y las típicas hendiduras del raf, original y riquísimo.
Ajoblanco helado de piñones con gamba roja, miel de trufa y queso en aceite, el plato hondo tenía un sobreplato por encima con agujeros por el que salía el humo del nitrógeno líquido con un carpaccio de gamba que se sale y el helado de ajoblanco muy logrado.
Zanahoria morada de cuevas bajas con bacalao fresco, jugo de naranja y comino, bien sin más, no nos causó un gran impacto.
San Pedro asado con gazpachuelo malagueño de cítricos y migas de harina de maíz y tomate semiseco, el pescado estaba superior y el gazpachuelo (sopa malagueña hecha con mayonesa, patata y pescado) también me pareció muy bueno.
Cabra malagueña asada con su asadura con ajo negro y puré ras el hanout (especia moruna). Ya con el botón del pantalón desabrochado, tocaba el plato de carne. Como casi siempre en los restaurantes de este tipo, el plato de carne me suele decepcionar un poco, entiendo que es complicado “inventar” teniendo que usar carne como elemento principal. Aquí sería el plato donde le daría la razón a aquellos que dicen “déjate de comida minimalista y dame un buen chuletón”. Aun así, el cabrito no estuvo mal tampoco…
Un trozo de Sierra Nevada, iceberg de piña con maracuyá, hinojo y gengibre. La verdad es que el postre era muy original, tal vez un puntito demasiado ácido para mi, pero muy rico, rico y con fundamento.
Luna de Marbella, su reflejo en el mar, chocolate blanco con mandarina y yuzu, el reflejo en el plato precioso y el postre también muy bueno.
Durante los platos me tomé un vino tinto de la zona de Málaga, que superó mis expectativas, realmente hay vinos en España desconocidos para el gran público y que tienen un gran nivel. Y después del festín, una tila y los petits fours, que según los ibamos probando, se iban superando…

Como véis, el menú está compuesto platos clásicos de la cocina andaluza y sobre todo malagueña con el toque de modernidad y espectacularidad que le ha sabido dar Dani García.

Si queréis ver las fotos de los platos, os invito a visitar el blog de "adostiempos":

http://adostiempos.wordpress.com/

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