No se puede pedir más

Comentario de dos visitas realizadas en los veranos de 2007 y 2008 respectivamente. En ambas ocasiones tomamos el menú degustación largo "Menú Calima". Ubicado en el Meliá Don Pepe, frente al paseo marítimo, la cena tiene lugar en una amplísima terraza con vistas al mar. En la segunda visita habían hecho reformas, con una champanería en la antesala del restaurante y la cocina vista tras una cristalera, donde puede verse a Dani García dirigir a su equipo en todo momento. Servicio atento y discreto. El tempo de la comida suele ser cadencioso aunque sin tiempos muertos, permitiendo disfrutar de cada plato sin necesidad de esperar al siguiente. Ambos años abrían dos clásicos de la casa, importados de los tiempos de Tragabuches: gazpacho con cerezas y foie con manzana caramelizada. Imposible describir la totalidad de los platos (los podéis ver en la página web). En todos había algo que los hacía únicos, como el plato del fondo del mar, increíble en su presentación, la urta a la roteña (sashimi a la roteña quizás?), el sublime emblanco malagueño, la patata de la feria que se come con el papel o las moragas, con las brasas y la sangría sobre la mesa. Imaginación y tecnología punta al servicio de la gastronomía. Magnífica carta y servicio de vinos. En el 2008 incluyeron en el menú tabla de quesos (impresionante el carro) y petit fours a demanda. Comer en Calima es una experiencia para recordar.

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