No las llevábamos todas con nosotros. Diferentes valoraciones leidas nos hacían pensar en amor u odio. Ya sabemos que cada uno ve las cosas a su manera.
En poco más de medio minuto hemos descubierto que no nos íbamos a arrepentir.
Entrada triunfal, nos reciben prácticamente en la cocina.
Presentación inmediata, un caldito para hacer boca y uno de los cocineros comienza a introducirnos en su mundo.
Unas quince personas más o menos en una cocina dividida en espacios, la verdura por un lado, carnes y pescados por otro y el mundo dulce en una tercera ubicación.
Pasamos directamente al "directo" con una invitación a un Huevo frito de codorniz sobre una base de galleta, rico, jugoso, crujiente. De la sartén a la boca.
Llevamos diez minutos en el restaurante y me parece estar en mi casa, como si nos conociéramos de toda la vida.
Nos recogen la ropa de abrigo y nos pasan al comedor.
Espacio inmaculado, sin nada que te distraiga, impoluto, con una sensación de tranquilidad absoluta. Excelente distribución de mesas, mantelería de lujo, cubertería de categoría, preciosos los cuchillos, a cada cual más bonito.
Copas de buen tamaño, y de muy buena calidad.
Nos acercan la carta de menús y la de vinos. Yo me pierdo en ese mundo vinícola y pedimos consejo. Explicando nuestros gustos, el sumiller nos ofrece un blanco sobre lías, concretamente un Val de Sil, no siendo un vino joven, tenía esa frescura, esa entrada suave, afrutada, con la justa acidez. Nos ha gustado mucho.
Antes nos hemos bebido un par de copas de un cava que hacen expresamente para todo el conjunto del museo, un Sumarroca brut, quizás deberíamos haber continuado toda la cena con él.
Pan de maiz, me pierde este pan. Recuerdos de mi amatxu que me lo hacía de vez en cuando. Riquísimo.
Pasamos al menú en sí:
Parmesano (30 meses) cuajado, lágrimas de trufa, pan crocante y shiso verde rico, sabor al queso en sí.
Almeja, hojas de puerro y acelga en cuanto ponen el plato delante, el aroma sube a mi nariz y me traslada a viejos recuerdos de la porrusalda de casa. Olor a puerro. Para mi gusto la almeja demasiado "almeja", es lo que tiene que ser pero yo preferiría un algo de cocción. No es lo que ofrecen, ellos ofrecen producto y es lo que dan.
Cebolla blanca, fondo de bacalao y pimiento verde gracioso ha sido. La chica ha acercado la boca a la oreja de mi chica y le ha dicho algo, luego se ha acercado a mi oreja y me ha dicho: cebolla.
Resulta que a ella le había dicho bakalao. :-)
Discusión sobre el plato, realmente es cebolla pero con la piel del bakalao y la base que le da ese toque. Curioso plato muy natural.
Pasta de trigo duro, erizo, guindilla y eucalipto es el plato que menos nos ha gustado. No nos ha dicho gran cosa.
Cocochas y carrilleras de merluza, caldo de aliaria y garbanzos producto y producto. Sabor natural a lo que es. Textura muy conseguida.
A elegir uno de los platos y como no, hemos elegido uno cada uno:
Rodaballo al romero, nabo encurtido un rodaballo como nunca lo había comido. Siempre a la plancha, al horno, a la parrilla....
Hoy he conocido el sabor del rodaballo al natural, distinto.
Carré de cordero, quinoa real, puerro y menta tal vez lo mejor de toda la cena, al menos para mi y sin contar los postres.
Cordero por los cuatro costados, tierno a más no poder y con mucho, pero que mucho sabor. Impresionante.
Nos piden que les acompañemos, que cojamos las copas y nos vayamos con ellos y nos llevan de nuevo a la cocina.
Allí, delante nuestro, viendo trabajar a todos ellos, nos preparan el primer postre:
Cítrico, calamondin, romero y manzana asada el trocito de manzana sabe a eso, a manzana. El calamoncín, naranja valenciana, con un sabor tremendo, de cerrar los ojos y saber que estás comiendo algo exquisito. Otro plato de encantar.
Caqui caramelizado, canela y lima como son unos "tramposos", allí nos plantan un algo que uno al mirar puede pensar que es piña a la plancha, por ejemplo. Luego al degustarlo piensa uno pero no acierta y con ayuda va descubriendo.
No quieren trabajar con azúcares y quieren jugar con el propio dulzor de las frutas. Lo consiguen, sin duda.
Yo ya tengo "mono" de vino dulce y nos llevan a donde los guardan junto a los cavas. Nos aconseja un Moscatel Promesa al ver la botella uno piensa en algún licor de restaurante chino pero a beberlo cambia de opinión. Está muy rico.
Como hay que probarlo todo, yo me pido un Px que no he probado nunca y que no recuerdo el nombre pero sin empalagar uno de los mejores que he catado.
Pasamos de nuevo al interior de su mundo, ya hasta lo más profundo de la cocina para comer un postre de chocolate hecho en vivo y en directo, con sabor ¿a qué? pues a chocolate, sin duda.
Metidos en gastos seguimos y allí que nos rodean y nos preparan unos Buñuelos de chocolate primero dos, luego otros dos porque sabían que no puedes comer sólo uno. Y después otro diferente con la pregunta del millón: ¿a qué sabe?..... unos segundos de duda, y a la vez, él y un servidor, contestamos lo mismo: a castaña.
Necesito ya un cigarrito y un cortao y me salgo a la pequeña terraza con vistas a la ría y con una sensación de satisfacción que muy pocas veces he sentido.
Riquísimo café acompañado de ya, lo último de la cena, una Crema de pistatxo muy apropiada para maridar con el Px.
Nunca jamás me había sentido tratado así el primer día en un restaurante, bien en muchos sitios, pero esto ha sido distinto, ha sido punto y aparte.
Todos y cada uno de ellos amables a más no poder, con ganas y pasión por lo que hacen.
Josean uno más, sin destacar, sin molestar, sin sobresalir, dejando que sus "chicos" lleven la voz cantante.
Hemos salido por la puerta con caras de máxima satistacción y un joven de poco más de 20 años me pide fuego y me pregunta: ¿Qué tal han comido? y digo yo, y ¿quién es éste tío? Pues uno de los artistas. Y al rato, nos adelante otro txikito en un sancheski y nos saluda y le digo; ¿tú también trabajas ahí? y se para y nos acompaña un buen trecho del camino e increiblemente, un chabal de 22 años me demuestra como se puede sentir una pasión desbordante por la cocina, una felicidad tremenda por agradar y sin "peloterismos".
Gracias de verdad por hacernos sentir "dioses del olimpo" por unas horas. Me habeis demostrado que la comida no es más que un elemento para transmitir otras sensaciones mucho más placenteras.
Los artistas
Calamondín
Cordero
Gastiola....¡¡¡¡ Comentario sentido, hondo,...cada vez ud lo hace mejor. No lo voy a volver a leer para que no me influencie en mi visita.
En este caso amor , así es casi siempre , estábamos al lado , con los amigos de lasarte , que nos sorprendieron , a la tarde con su visita de compras , pero no tenia mi móvil , sino nos hubiésemos tomado algo antes de entrar , como estaba esa zona , hasta las patas , el buen día , el partido y las ganas de gastar , que parece que se desatan estos fines de semana previos a las fiestas y que echaremos de menos en breve , un abrzo .
Cuanto era el menú , tienen dos , no.
Según la web, 83€ sin iVa el de 8 productos....el 3 de Enero lo visito
Pues no lo vuelvas a leer , porque sera el mismo menú , o igual lo mueven un poco .
Pues me quedo con el "piropo", que viniendo de "vos" pues se agradece. Te lo vas a pasar "chupi", Isaac.
No te importe leerme diez veces que cada uno es diferente y las experiencias poco o nada tienen que ver.
Ya ves que la comida poco la he descrito, eso tú lo vas a hacer cien veces mejor.
Disfruta todo lo que puedas o más y déjales hacer y que se sientan "libres".
Un saludo y espero impaciente tu experiencia.
Ahora me doy cuenta que te faltan los tomates...un plato imprescindible de Josean
Gracias Oti. Pero es que yo tengo uno de 22 años recién cumplidos y viéndole tanto a él como a sus amigos, los de ayer me parecieron casi salidos de otra galaxia.
Dos cosas te quiero comentar:
- No podria como tu escribir a esa horas.
- Este próximo año ¿piensas seguir a este ritmo? je je Si es asi, los hosteleros de la zona te tienen que hacer un homenaje.
Pero eso lo lleva la responsabilidad de un curro. Ya verás, ya.
Siempre he sido un poco "pájaro de noche". Me encanta la noche. Luego a las mañana ya me cuesta un poco más. Además pienso que por ahora voy a seguir haciéndolo así, recién vividas las sensaciones. Sé perfectamente que mis comentarios no serán nunca tan técnicos y llevarán errores pero como premio sobremanera las "emociones", tengo que hacerlo así.
El año que viene sí me tengo que plantear un pequeño frenazo pero que conste que va a ser la báscula la que me obligue a ello más que la falta de ganas. Eso sí, lo de visitar la Cantabria occidental no lo perdono. Un saludo.
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