De tapeo: Principalmente... bravas

Tomás es un clásico que ha conseguido que la mayoría lo tenga como el sitio de referencia para comer patatas bravas en Barcelona. Situado en el tranquilo y coqueto barrio de Sarrià, está siempre frecuentado por vecinos, adolescentes de los colegios de la zona, y demás clientes que fieles al local o guiados por la fama que le precede, se han desplazado hasta allí. Realmente son buenas, aunque no me atrevería a decir que son las mejores de la ciudad. Buena fritura que se presenta acompañada con alioli y con una especie de refrito de pimentón. También tienes otras tapas y la posibilidad de comer algún plato, pero son las bravas el santo y seña de la casa. Hacía unos 22 años que no regresaba al lugar, pero todo sigue igual: Bar de barrio de toda la vida, donde su encanto es precisamente ese. No es un sitio para tomar vinos, sí cervezas. Su enclave permite continuar el aperitivo o acabar cenando por allí. Siempre me ha llamado la atención que en Barcelona, una tapa tan popular como esa, haya tenido sus principales exponentes en la zona noble: Casa Tejada, Turó, Mandri y Tomás... o por lo menos antes así era, y por lo que veo sigue siendo en el caso de éste último.

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