Bravas, pero nada más

Fui hace más de 5 años con un compañero de Facultad. No me gustó. Mucho ruido y pocas nueces.

Volví el lunes pasado con la familia. Quería que mis hijos lo conociesen.Las patatas bravas están bien, pero no para que digan que son las mejores, ni de las mejores de Barcelona. El resto de tapas:
- buñuelos: insípidos
- croquetas: (sigh)
- empanadillas: pasables
- banderilla (atún en escabeche con pimiento rojo): raro, raro, raro...
- torera (la banderilla de toda la vida con pepinillo, cebolleta, pimiento, aceituna y guindilla): como las que compro en el "super"
- aceitunas: no pedimos
- ensadilla: no pedimos
Y no recuerdo que hubiese nada más.

La verdad, no entiendo la cola en la puerta para llevarse comida a casa. Para entrar no había prácticamente cola. Nos sentamos en apenas 2 minutos.

Lo del servicio de mesa, mejor no comentarlo. Igual que el vino, que la mayoría sustituye por cerveza.

El local es una tasca de las de hace dos siglos, sin que hayan cambiado mucho la decoración desde entonces.

Supongo que la gente va por la fama que tiene, pero es un sitio absolutamente prescindible. En Barcelona hay alternativas mucho mejores, excepto para las patatas bravas que, por algún motivo que desconozco, cuestan de encontrar.

Igual me paso otros cinco o seis años sin volver. Hasta que se me olvide esta visita.

  1. #1

    dcisneros

    Seguramente no deberíamos de etiquetar este local como restaurante y sí sitio de tapas.

    he ido alguna vez y coincido contigo. las bravas están bien pero tampoco son espectaculares. y del resto mejor prescindir

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