El Quinto Vino

Mira que paso veces por la puerta y siempre me pilla con el pie cambiado. Hoy no, ¡ale pa'dentro!

Venga, vamos a comenzar por kale salteada sobre lecho de quinoa y una bruscheta de kamut y espelta con agüacate y... ¡Amos oño! ¡Que esto es un bar! ¡¡ Un bar !! Platos redondos, pizarras de toda la vida y los que llevan barba no son hipsters son (somos) los vagos a los que no les ha apetecido afeitarse en toda la semana.

Tienen menú del día, raciones, tapas y vinos por copas. No, esto no es una enoteca, vinoteca, gastrobar, ni nada "conceptual", es un bar.
Los vinos que tienen no son los habituales y hay donde elegir, pero tampoco nos volvamos locos. Tiene un puñado razonable.

Vamos a comer algo que ya va siendo hora. Mientras espero, y con el vino, me traen unas razonables papas aliñás. Vamos con unas croquetas, que siempre son un buen punto de toque de un lugar. Cuatro croquetas (se piden por unidades) y no hay ninguna igual a la otra ¡Bien! Razonables de sabor (pelín altas de nuez moscada) y bien de textura. Se echa en falta más relleno y su sabor, pero son razonables. Como ya hace calor, vamos a compensar: Callos con garbanzos. Ooooye, pues muy buenos. Como para repetir.
Notemos también que el pan que te ponen es más que razonable. Mira que yo soy pejiguera con el pan (bueno y con todo), pero este estaba muy bien.
Para beber, un par de copas de fino amontillado Don Zoilo.

Sale uno medio reconciliado con el asfalto por 15,5 EUR.

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