Auténtica decepción

Animados por la cantidad de críticas favorables y por numerosas referencias de nuestro entorno, nos decidimos ir a cenar a este precioso restaurante para, si nos gustaba lo suficiente, celebrar un acontecimiento especial un poquito más adelante.

Nuestra idea era probar platos de distintos menús y así poder elaborar uno a nuestro gusto y así se lo hicimos saber a la jefa de comedor, quien estuvo bastante seca diciéndonos que nos teníamos que limitar a la carta (que no tenía casi ningún plato de los menús que nos habían dejado como referencia) y no nos hizo ninguna recomendación aunque se lo solicitamos.

La cena para 4 personas comienza con un txacolí fresquito muy rico, un vasito caliente de sopa de marmitako bastante lograda de sabor (no así de textura) y una anchoa a la vinagreta con piñones que encantó a todo el mundo, todo cortesía de la casa. Lo completan con el pan, de semillas, leña o normal (a elegir) muy ricos también.

Comenzamos con los entrantes que paso a enumerar a continuación:
- Cigalas con kokotxas sobre piperrada
Muuuuuy bien, las kokotxas y las cigalas fresquísimas y con un sabor a ajito muy rico. Un plato con el que es difícil o imposible equivocarse si se tiene buena materia prima, como este caso.
- Terrina de Foie con compota de manzana y gelatina de Pedro Ximenez sobre pan de anís.
Bastante bien, al igual que con el primer entrante, este plato no tiene mucho misterio si el foie es bueno. Los panes de acompañamiento exquisitos, especialmente uno de semillas de sésamo, pero ninguno sabía a anís ¿?
- Risotto al amaranto con bogavante
Insufrible, sabor excesivamente fuerte y textura nada cremosa. Las semillas de pensamiento que lo acompañaban no casaban con el resto de sabores. Frío. Mal, mal, mal...
- Parrillada de verduras
La mejor palabra que define a este plato es insípido.

Tras el primer tropezón, no excesivamente grave, decidimos dar una segunda oportunidad a los segundos platos atribuyendo el desencanto general a nuestra falta de acierto a la hora de elegir los 2 últimos entrantes.

- Lenguado a la meniére
La meniére ni sabía a mantequilla ni a limón y el pescado estaba soso, al igual que el puré de guisantes del acompañamiento.
- Solomillo con ragout de setas
Solomillo pasable, quizá excesivamente hecho para ser 'al punto'. El acompañamiento: verduras picadas sin más y un risotto frío y sin sabor. El ragout de setas brilló por su ausencia...
- Lomo de cordero con mollejitas
Lomo de cordero de pasto, poco hecho para nuestro gusto, con mollejas... de cerdo, empanadas. ¿Pasable?
- Rape en costra de bacon con pulpo
El pulpo a la plancha, muy rico. El resto, no estaba a la altura. Mal.

Los postres siguieron la tónica general: tostadas de crema y helado de nueces con chocolate, que podrían comerse en cualquier restaurante de comida rápida. Y compota de manzana con un toque ligeramente ácido, rica, con helado de queso, bueno también.

En total, unos 65 euros por persona, con un crianza rioja normalito.

Como resumen: la cena no estuvo, ni con mucho, a la altura de un restaurante con el nombre y el precio del Andra Mari. Inexplicables las 2 estrellas Michelín.

  1. #1

    elozanog

    Que raro, para mi es uno de los mejores restaurantes de Vizcaya. Tengo un gran recuerdo de el, el entorno espectacular y la cocina elaborada y de gran calidad.

  2. #2

    oscar4435

    Ya se que mas vale tarde que nunca , y en este caso es mas bien tarde , el andra mari , jamas a tenido dos estrellas , un saludo.

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