Buena barra

Parece querer ser una alternativa a la barra del Nou Manolin con un ambiente más moderno, juvenil y desenfadado. Lastima que algunos camareros ven en la juventud de su clientela una oportunidad para el colegueo que debería estar de más en un establecimiento de este tipo. Materia prima de gran calidad. Imprescindible el pan cristal y el jamón. Carta de vinos corta pero muy interesante.
Local pequeño, conviene reservar si se pretende comer en el restaurante o llegar pronto a la barra.
El propietario lo es también de La Vaquería y Monastrell.

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