Visita a este famoso restaurante regentado por Pedro Subijana, con magnificas instalaciones y vistas a la bahía cantabrica.
En el interior da la impresión de saturación de mesas, quizás demasiado juntas, pero debido sobretodo a que el restaurante estaba lleno. Tiene dos comedores, el de fumadores y el de no fumadores y al no tener una separación completa entre ambas, se percibía perfectamente cuando alguien se fumaba un puro en la otra sala. Pero lo que más nos sorprendio, fue ver fumar también en nuestra sala.
Cocina imaginativa, combinando las técnicas culinarias actuales con la cocina popular donostiarra y en el que el divertimento del comensal juega un papel importante.
Tuvimos la posibilidad de probar los dos menus degustación, ambos impresionantes, con algunas elaboraciones sorprendentes como el xangurro frio y caliente en ensalada, el falso rissoto de verduras, el salmonete integral con fusili de salsa, el melocotón con torrija y almendras, etc, en el que nada parece lo que es y con el mejor plato de quesos que he probado.
Excelente carta de vinos con precios elevados, no así el precio del vino por copas (entre 5€ y 6€) y servicio del vino perfecto.
Servicio de sala magnífico, te hacen sentir como en casa desde el principio hasta el final y con unos camareros perfectamente documentados.
Pedro Subijana salió al final a saludar mesa por mesa, tranquilamente y con muy buen humor.
Muy recomendable
Leche y uva, queso y vino en evolución paralela
Xangurro frio y caliente en ensalada
Falso risotto de verduras. Yema remolacha
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