Buena experiencia

Desde fuera del restaurante no te haces a la idea de lo que te vas a encontrar dentro, tres zonas diferentes con una decoración agradable.
Una es una cocteleria con una gran cantidad de licores y otra un comedor espacioso con mesas bajas y altas.
Vamos a lo que importa, hemos mezclado pintxos con carta para poder probar cosas de los dos.
El pintxo estrella es el de huevo frito y patata, lo simple lo hacen original, un huevo supongo que de codorniz dentro de un envoltorio de patata frita que explota cuando lo metes en la boca, no se puede dejar lo probar.
La degustacion de croquetas de varios sabores es también un plato acertado, aunque todos sabemos lo que son las croquetas aqui las aciertan.
Me extraño que la camarera nos recomendase alcachofas en este tiempo, son mas de invierno, pero nos dejamos convencer y no defraudo, con una salsa de crema de pistachos, buena nota también.
Tiene una buena carta de vinos, con buen servicio de copas. Lógicamente por cercanía destacan los vinos de Rioja, pero hay cosas destacables, el precio aproximado por lo que he visto casi por 2. Pedimos un Baigorri crianza 2018 y agua.
Los postres están bien, sin ser lo que mas llama la atención, compartimos tarta de manzana con helado y tiramisu.