La posada de Agueda

Pasábamos el fin de semana cerca de Requena y no dudamos al elegir el sitio para cenar, nos habían hablado bien y sobretodo nos parecía algo diferente a lo que ofrece la zona.

Aunque la localización no es especialmente atractiva, en la antigua nacional Madrid-Valencia y el edificio por fuera no transmite nada, hay que destacar que por dentro resulta bastante acogedor. A nivel de diseño combina la parte rústica con un estilo moderno. Nosotros sólo vimos un único salón no muy grande, pero el gran espejo del fondo le da a la sala profundidad y amplitud.

Fuimos a cenar, por lo que la luz tenue pero suficiente, le acababa de dar el toque romántico que pensamos buscan proporcionar los propietarios.

La mesa con mantel de hilo, copas de vino correctas, servicio de agua, vajilla blanca y moderna y servicio de pan correcto junto con unas rosquilletas “artesanas” con pipas, muy ricas la verdad, un buen detalle.

Para empezar pedimos tres entrantes para compartir:

-ensalada de pera en almíbar, ración bastante grande y generosa, con mezcla de frutos rojos, quesos, frutos secos y sobretodo la pera que le daba un toque agridulce muy agradable.

-Sardina ahumada con tomate bien presentada, sabrosa e ideal para compartir.

-Croqueta de berenjena con queso parmesano y buñuelos de bacalao. Algo sencillo pero diferente. Sobre todo la croqueta de berenjena con un suave sabor a queso que no resultaba pesado.

Como plato principal pedimos magret de pato con frutas del bosque al punto, ciertamente muy bueno. En general los platos están bien elaborados, con productos de calidad, y buena presentación.

Para beber pedimos Cava Carlota Suria. Hay de decir que la persona que nos atendió, que pensamos que es la dueña, tuvo ciertas dificultades para abrir la botella, no mostrando excesiva destreza, justificándolo en que había aprendido a abrir botellas hacía una semana (a nivel anecdótico está bien pero no para contar a los clientes) asimismo tuvimos que pedirle que no llenará tanto las copas, dado que el cava no estaba suficientemente frio.

Respecto al servicio no estuvo mal pero se puede mejorar, si bien hubo cambio de servicio tras los entrantes, también es cierto un par de detalles llamaron nuestra atención. Por una parte, un hombre vestido de cocinero salió en un par de ocasiones interesándose por si estábamos a gusto y si los platos eran de nuestro agrado. Agradecemos la atención pero con preguntar una vez suficiente sino puede llegar a agobiar. Y por otra parte el camarero, que pensamos era el hijo de los dueños, que debía estar aprendiendo ya que se oyó como le daban instrucciones sobre cómo colocar los cubiertos, intentó llevarse los platos cuando todavía no habíamos acabado. Por lo demás un servicio correcto y adecuado, mostrando trato cercano.
Sólo tomamos café, aunque nos anunciaron los postres y tenían buena pinta.

Salimos a 33 euros por persona y en general la calidad-precio es correcta. La sensación que transmite es de un restaurante con potencial, decir que cuando llamamos para reservar preguntamos si había menú degustación, quien atendió el teléfono (seguramente el propietario) dudó por unos segundos pero finalmente contesto que no. Seguimos pensado y ahora con más razón, que quizá con un menú degustación podrían hacer una buena exhibición de sus platos.

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