Según accedemos por la carretera, vamos apreciando un entorno maravilloso

Según accedemos por la carretera, vamos apreciando un entorno maravilloso, una casa frente al mar –rodeado de tranquilidad- con zona de aparcamiento, una casa que pronto se convertirá en un templo de los sentidos, ubicado en la planta baja un bar de copas para amenizar la espera, un ascensor nos sitúa en Mulse con una decoración que se entremezcla con el entorno, líneas rectas, colores sóbrios, salones repartidos entre distintos ambientes, con uno central donde sus conservadores de vinos y una enorme estantería nos muestran las referencias de una carta muy, muy cuidada donde su autor “Manuel Rivas” ha intentado reflejar vinos de todas aquellas D.O que están dando que hablar, vinos que una enorme RCP donde podemos encontrar “Beryna ~ 12€, Requiem ~ 24€ , Tagonius, Pagos del Vicario, Cortijo los Aguijares, Vallegarcía, Aresán, P.Tharsys …”, todo maridado a la perfección con una carta donde prevalecen los sabores de las materias tratadas, como los espléndidos filetitos de ciervo, las sabrosísimas croquetas de jabalí, la estructurada Vieira gratinada, la calidad de sus anchoas, y un plato a muy alto nivel –sus huevos estrellados-, así como un postre de contrastes –Soufle de chocolate caliente-. > Ambiente relajado, buena separación de mesas, cuidado servicio del vino y raciones abundantes. Málaga ya puede presumir de un rincón gastronómico donde la fusión con el vino lo engrandece. De las mejores alternativas actuales de la costa