Entorno acogedor y cuidado en pleno centro histórico, la rehabilitación

Entorno acogedor y cuidado en pleno centro histórico, la rehabilitación del local se ha hecho con gusto y sin estridencias. Vajilla y cristalería elegantes que ayudan bastante a saborear un buen producto. La trilogía de atún ( o bonito, no recuerdo) bastante rica, las setas de temporada en su punto meloso llenaban un montón pero estaban buenas, solomillo de ibérico excelentemente preparado, servicio del vino muy correcto y, en según qué casos, a un precio asequible, p.e., un Finca Terrerazo ( qué bueno está... ) a unos 26 euros. En fin, un lugar más que correcto. Por poner algún pero, encontré la carta un tanto escueta, espero que la amplíen en sucesivas temporadas para no acabar siendo un lugar de sota, caballo y rey. Ah, y cuidado con los licores, ahí se me disparó la cuenta, dos personas por 120 euros. Se permite fumar...