Interesante propuesta a base de sólo servir un menú degustación que cambia

Interesante propuesta a base de sólo servir un menú degustación que cambia cada semana, lo que demuestra que ganas de trabajar no faltan. El que tomamos se compone de dos aperitivos, dos entrantes, un plato de pescado, uno de carne y el postre. Las raciones eran generosas y lo cocinado demuestra técnica y saber hacer en cocina. Muy buena la carrillera o el hojaldre de morcilla. Lo mismo se puede decir del postre. El servicio correcto y con buen ritmo (lo cual es fundamental para un menú degustación). En el apartado comida a mejorar sólo el pan.
Respecto a la bebida la cristalería y el servicio de vino bien, siempre decantado y a la temperatura correcta. Sin embargo la carta de vinos no parece seguir ningún criterio, es corta y con unos precios elevados (Maduresa 29 euros). La selección de licores también es escasa aunque preparan un excelente gin-tonic con hielo picado, virutas de lima y la tónica y el gin mezclados en coctelera y por supuesto ... agitado, no removido.