The Table By

Ya habíamos estado varias veces en "su casa", en Valencia, en "La Salita", y también en su anterior visita a Madrid, en el Hotel Villa Magna, así que no nos podíamos perder esta otra cita en "The Table By". Más allá de los detalles o de las presentaciones, lo más destacado de la experiencia ha sido el efecto "magdalena de Proust", la memoria gustativa, paladear y pensar que esos sabores son "muy de Begoña Rodrigo". El entorno de esta última visita a la capital parecía que ayudaba además a recordar la sede original valenciana, ya que la experiencia del Villa Magna era -tal vez- más burguesa. Aquí (sin querer desmerecer) se acercaba más a la calidez de su entorno "natural".

Para empezar Jorne Buurmeijer nos recomendó el vino a tomar (vaya nariz que tiene este hombre¡) y a partir de ahí comenzó el desfile de pequeñas maravillas. Fondos con personalidad, juegos de encurtidos, matices de sal y mar, sutiles combinaciones verdes.....

Siempre lo pone difícil arrancando con unos mini-aperitivos que te hacen gozar como un niño, pero nunca decae lo que llega después. La ensalada de invierno con mojama es un aviso de que las verduras tambien forman parte de su paleta. Lo confirma con el puré de berenjena ahumada con unas pequeñas y plateadas sardinas braseadas. Personalmente gocé de lo lindo con las alcachofas con gambas y jugo de anisados. De untar la brandada de bacalao con el toque salvaje de la anguila ahumada. Lo siguiente me recordó un poco al "menudo" gaditano, pero con mar incorporado: la cigala en su propia mantequilla con Guiso de manitas y garbanzos.

Mas tarde un guiño a Italia con un espectacular vitello tonnato de pastrami con encurtidos, antes del arroz de rabo de toro con alcaparras al que un alioli de cítricos ayudaba a ampliar el sabor en boca. Probamos también un aguachile que recordaba a su clásico cava de gazpacho, pero con un toque picante. Para rematar un corzo lacado con regaliz y tallarines....y a los postres una espectacular sacudida mediterranea con la zanahoria, la lima, el yogur, el jengibre y el coco. Luego, como colofón, un poco de chocolate: el ganache con crema inglesa. Nada más que añadir...si acaso lo que se convierte en una obligación estando donde estábamos: un gin tonic de Plymouth.

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    Nominado a mejor Mejor tratamiento del vino
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