Mucho mejor...

Supongo que esta vez íbamos más preparados. De entrada, nada fuera de carta. Queríamos probar la carne. Pocos aperitivos, que luego no hay quien coja el coche.

Aun así, fue mejor de lo esperado. Nos pusieron en el comedor del fondo, más bonito, para mi gusto, que el otro. Las mesas, bastante espaciadas. Las nuevas camareras son infinitamente más agradables y competentes. Las copas esa vez fueron Cardinal C&S. Creo que la serie Open Up. Los nuevos vasos para el agua también me gustaron. La vajilla, mantelería, cubertería, acorde con el resto.

Amuse gueule de tartar de atún para comenzar. Delicioso.

Con los entrantes, no pudimos resistirnos a los cargols a la llauna y las vieiras. Ambos deliciosos, sobretodo la vinagreta de los caracoles. Para mi mujer, que no gusta de los caracoles, una ensalada de ventresca con queso y judías verdes (12,80€). Según ella, espectacular de sabor y original en la combinación de ingredientes.

Los platos fuertes, después de resignarnos a no pedir pescado de nuevo (sigh!):
- 2 solomillos de buey a la brasa poco hechos (20,-€/ud.) con una guarnición algo escasa, pero deliciosa. Tiernos, sin un sólo nervio. Se cortaban casi sin querer. Muy sabrosos. Carne procedente del País Vasco.
- Entrecot de ternera a la brasa (17,50€) muy buena pinta, aunque demasiado hecho para mí. Pero era para mi mujer :-)

Y llegamos a los postres. Por no repetir lo de la anterior visita:
- Sorbete coco choco (4,10€)
- Croquetas de chocolate (6,-€) - Demasiado fuertes para mí, pero mi hija no pudo resistir la tentación.
- Trifásico de turrón (5,50€) - Me dijo el dueño que se comía de abajo para arriba. Como yo no estaba por la labor, lo mezclé todo y pa dentro. ¡Riquísimo! Acompañado de una copita de PX malagueño (5,50€) que no conocía y del que no recuerdo el nombre. Un PX con una acidez poco común.

3 botellas de agua de 1 l. (3,-€/ud.), una botella de Pago de los Capellanes Reserva 2005 (35,-€) servida a su temperatura y un cortado (1,90€). El dueño me invitó a lo que quedaba de una botella de brandy Luis Felipe. Tres pequeños sorbos que me supieron a gloria.

Creo que será la última vez que comente este lugar. En esta visita, Josep Mª -el dueño- acabó regalándome una botella de vino y yo le prometí que le buscaría un proveedor de vino de hielo y le conseguiría una botella de Caligo... Tengo mis dudas sobre si la valoración estará condicionada o no por lo anterior. Os invito a que lo visitéis. La comida no ha cambiado respecto a mi anterior comentario: Excelente.