Chiringuito de playa que vive durante todo el año y sin épocas de penurias

Chiringuito de playa que vive durante todo el año y sin épocas de penurias. Bajo un entoldado puedes encontrar un lugar bullicioso y con no menos de 250 personas, una quincena de camareros, un "demonio" cobrador y dos "veteranos" de 70 años: los "hefes" rodeados de datáfonos y euros. Lo que se come es pescaíto frito y pescado a la brasa. No hay carta: sólo un par de cocineros y camareros en plan subastero gritando los platos y tú o andas listo o no comes!. La oferta de vino es muy limitada (en nuestro caso nos sirvieron un Bach) servido en copa Duralex pero a temperatura correcta. Los postres los escoges en un mostrador y cuando pasa un personaje al grito de "Yo cobro, soy el demonio, no lloreis, yo cobro" o "yo cobro, aunque no me querais ver, yo cobro" te cuenta los platos (redondos u ovalados) y te hace la cuenta rápida.
Chocos, adobo, emperador (yo Claudio según ellos), pimientos asados, calamares, pulpitos y así hasta 20 platos en total (entre 7 personas) para salir a 24,00 eur. Abstenerse gente con prejuicios y que espere un restaurante "fisno". Indicado para comer pescado fresco a buen precio y no dejar de sorprend

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