Visita para probar menú de mediodía a poco menos de 11 euros. Las opciones de carta ya superan por precio ampliamente el del día, por lo que la elección fue fácil. El restaurante dispone de dos zonas, con escasa separación entre mesas, pero sin invadir la intimidad.

La alternativa son tres primeros, otros tantos segundos y un postre. Bebida y café, obviamente, aparte.

La comida consistió en una ensalada con queso de feta, normalita, pero bien aliñada con la vinagreta, y un rollito con chistorra de escaso sabor. Raciones muy justas.

De segundo un lomo de cerdo (bastante duro aunque de tamaño generoso) con salsa y gnoqui y una caballa gratinada con ajos tiernos y yuca encebollada, lo mejor del menú, completado con un brownie con helado de frambuesa y un carpaccio de piña con arándanos aceptables.

Correcta carta de vinos. La elección fue un Megala (17,50 €), que se quedó caliente al final de la comida. Hubo que pedir cambio de copas para degustarlo, pero de perfil incorrecto para un tinto.

El camarero de acento italiano mucho mejor que su colega femenina pelín prepotente con los clientes, que no tienen la obligación de conocer toda la preparación, cocción, ingredientes y presentación de la oferta. Dudo en volver y más teniendo en cuenta las perennes obras en la calle Conde de Altea. Habrá que dar una nueva oportunidad, pero dentro de un tiempo.

Después de haber vuelto en diversas ocasiones desde de mi anterior comentario, únicamente ratificamerme en lo ya expuesto. Aunque no sólo, una muy buena opción a mediodía.Buena carta de vinos.

Nueva visita y confirmación de la anterior, buenas materias bien tratadas, raciones abundantes y servicio correcto. El huevo escalfado con setas o el foie caliente estaban realmente ricos al igual que el calamar. En esta ocasión tuve la impresión de que el pan había mejorado y la carta de vinos se había ampliado aunque el servicio del mismo consiste en abrir la botella y dejarla sobre la mesa. En cualquier no desmerece en absoluto a un restaurante que se confirma como un valor seguro con una muy buena RCP (y mas visto lo que hay por la ciudad, caro y poco profesional).

Suelo ir con frecuencia, una vez a la semana más o menos, a comer el menú del día a este restaurant.Comida en general buena (buena materia prima y bien tratada) y muy bien presentada. Me gusta como este joven cocinero francés trata en particular los pescados, sin desmerecer el excepcional "codillo" y los arroces.Buena cristalería y cubertería. Carta de vinos corta pero correcta.El servicio es informal pero atento y muy agradable.La propietaria, que atiende la sala, es una buena sommelier.
En cuanto al menú del día, la RCP es óptima, máxime estando ubicado en La calle de la "restauración" en València (por la sobresaturación de restaurants), donde, salvo las excepciones ya comentadas y sobradamente conocidas, abunda la mediocridad culinaria.

Interesante propuesta. Buena materia prima tratada con cariño. La salsa acompaña a la carne o complementa el pescado y no intenta sorprender con rarezas que sólo sirven para despistar al comensal. Además saben como tratar los quesos. En muchos locales presentan una gran variedad que luego no saben servir. Aquí la selección de quesos la hace el restaurante y es muy correcta y presentada con el orden apropiado.
Los postres en línea con lo anterior, sabrosos y consistentes.
Quizás lo peor es su carta de vinos, muy corta, al igual que la selección de licores. Tampoco el pan está a la altura de un restaurante que brilla en lo más importante ... la comida. Sin duda un local a tener en cuenta. RCP correcta.

Interesante local con un menú degustación con una RCP óptima. Buenos los entrantes, el pescado y la carne. Postres quizas algo mejorables. Carta de vinos escueta, pero adecuada.

Coincido con los anteriores comentarios en cuanto a decoración y servicio. La decoración se pasa de minimalista y puede resultar un tanto fría y el servicio es informal pero muy atento y amable. En cuanto a la comida, yo lo encontré todo excelente. De entrantes pedimos una ensalada de ibérico y parmesano, tempura de langostinos y verduritas y una terrina de foie con compota de higos que estaba realmente espectacular. De segundo yo tomé magret de pato con salsa de frutos rojos, muy bueno, y de postre, coulant de avellanas con helado de mango y salsa de tomillo. En mi opinión, sobraba el tomillo. Buena relación calidad-precio, unos 42 € por cabeza, y además, nos invitaron a unas copas de Casta Diva. Volveremos.

De momento sólo puedo comentar las sensaciones que me dejó una visita a mediodía, por lo que tan sólo tomamos el menú del dia. Local de decoración minimalista (demasiado minimalista). Tenía delante una pared de casi tres metros (techos muy altos) sin un sólo cuadro, lo que hacía la vista pelín aburrida. Cubiertos, mantelería y copas correctas, sin pasarse. Buena atención. Por lo que tomamos (ensalada con boquerones, costillas con miel y naranja, arroz con pato y setas), más cuidada la presentación que el contenido, aunque sin desmerecer. Exceso de sal (me pareció) en la ensalada, algo insípido y falto de punto el arroz. Buen postre (brownie de chocolate). Tienen dos menús, a 25 y 45 euros. a ver si en próxima visita, comento bodega y otros platos.

Eramos 4 perosnas pedimos 2 menus plaer y dos menus vida la verdad bastante aceptables rcp muy buena,local nuevo, trato agradable e informal, la comida buena un poco sobrepasa de aceites y frituras, pero en genral muy bien, el lugar acogeder para mi gusto, espero que mejoren y sigan adelante

Restaurante nuevo;algo frio,para mi gusto le falta algun cuadro o algo que lo alegre.Comida en general buena,buena temperatura y punto de coccion.bodega bastante amplia y de buena calidad,buena cristaleria(de momento es nueva)a ver como la tratan.Servicio muy agradable y distendido.Creo que se trata de un gran cocinero con muchas ganas.