Celebración familiar en este local que tiene muy buena fama en la zona y al que nos desplazamos para disfrutar.
Sitio acogedor, cercano, con buen espacio entre mesas, buenas copas y servicio muy atento y familiar. Atractiva y amplia carta de vinos aunque no entiendo lo suficiente para juzgarla.
Pedimos el menú tentaciones que incluye seis aperitivos, cuatro entrantes individuales, un plato principal a elegir entre pescado o carne y un delicioso postre.
Reconozco que no anoté los platos por la celebración pero probamos un magnífico pulpo, muy buenos todos los entrantes, excelente el canelón de pato, un arróz de mar y montaña con sepia y perdíz y el solomillo de ternera final con varias salsas.
Tomamos vinos por copas, primero un cava espumoso, luego una copa de blanco de la zona y terminamos con una botella de Santa Rosa de Enrique Mendoza que nos gusta a todos en la familia.
Los vinos están a buen precio.
Buen postre, unos dulces, café y un poco de charla con los responsables del restaurante que siempre transmiten pasión y alegría. Para repetir.
Local muy alargado con entrada lateral, por detrás de un paraban y junto a la entrada de la cocina, lo que deja todas las mesas (pocas mesas) cercanas a una ventana a la calle y a unas bonitas jardineras. La parte interior queda para una escalera que da acceso al baño y a una bodega generosamente llena.
El ambiente creado es de cercanía, comodidad más que de elegancia. Hay buena separación de mesas ya que quedan casi todas espalda con espalda, aunque para 4 comensales están algo apretados. Buenas copas, vajilla. Buen servicio de sala y ritmo de salida de platos de cocina. La explicación de platos es buena y por contra la explicación del marideja de vinos fue casi nula, incluso teniendo que preguntar el nombre del vino servido y sin ningún dato de un por qué ese vino y mucho más cuando los vinos no son, en conjunto, vinos extraordinarios que por sí sólos se justificaran.
La carta de comidas en un libro y en bonita presentación con la opción de menú Centenario (menú largo) con 6 aperitivos, 5 entrantes, pescado y carne con prepostre y postre (56,80€) más opción de maridaje (26,80€); también menú Tentaciones con 4 aperitivos, 3 entrantes, principal a elegir (pescado, carne, arroz) y postre (43,60€) y su maridaje opcional (19,80€); el menú Terra con 2 aperitivos, 2 entrantes, arroz y postre (36,20€) más su armonía de vinos (17,40€). Conviene ver las excepciones de horarios y días para cada menú porque nosotros nos quedamos sin poder elegir el menú largo por llegar pasadas las 15 horas, algo poco entendible cuando la cocina sigue abierta y si es porque acabamos algo más tarde, siempre se puede acordar un servicio de comida un poco más rápido, mucho más cuando hay muchos clientes que vienen en dia laborable y de fuera de la población. Ningún menú incluye el pan/aceite/sales, ni bebidas. Por supuesto bebimos agua y comimos pan (de focaccia y otros) y un buen aceite del que tampoco supimos nada pese a preguntar y al que vimos la etiqueta: Pago Baldío de San Carlos.
No vimos las cartas de vinos ya que optamos por la Armonía (maridaje) del menú Tentaciones que elegimos (más bien nos resignamos) para los 3 comensales. Los vinos que nos sirvieron: cava brut nature B7, verdejo Guti, Calderona un rosado de Cigales, Ostras Pedrín de curiosa uva valenciana, Laudum chardonnay organico 2017, La Casica del Abuelo 2017, Puerto Salinas y en el postre un dulce de la bodega cooperativa de Xaló de uva giró. Solicitamos un vino dulce más interesante que lo aportado y fue un poco caos al no estar Paco el sommelier y responsable de los vinos y, tras consultarle telefónicamente, directamente nos llevan a un Tokaj Aszu 5 puttonyos 2001 como extra final que, por supuesto gustó, pero hubiéramos disfrutado más de poder elegir sobre una amplia carta de vinos que nunca llegamos a ver.
Los platos servidos con buenas presentaciones a buen ritmo en general, bien de sabor, con planteamientos creativos pero manteniendo orígenes mediterráneos. Lo que nos sirvieron:
Ningún plato tuvo ningún fallo pero tampoco me quedaré con el recuerdo de ninguno en concreto; me pareció académicamente de buen nivel pero sin sorprender ni enamorar. Lo que tomamos:
. aperitivo por cortesía de la casa: foie mi cuit con arroz inflamado algo picante, servido en cucharilla con forma de gran mora
. crujiente de arroz negro, gambas y ali oli, a modo de tortita de camarena
. buñuelo de atún y tomate (a modo de coca casera) con mermelada de tomate: para comer de un bocado por su interior poco sólido. Un plato muy clásico y bien conseguido.
. pulpo a la gallega: cremita de patata con romero, pulpo a la llama, aceite de pimentón y amaranto (cereal) que aporta un toque crujiente. Una presentación muy conseguida.
. versión del sangacho de atún, presentado a modo de ensalada con 2 variedades de tomate (tomate rojo en rama y verde en salmuera), con berenjena, pimiento verde; el pescado, hecho en media salazón, que se ha utilizado es caballa y bonito con algún toque de guindilla
. espárrago en dos texturas diferentes (blanco y verde), tierra de setas y consomé de jamón y helado: el plato con mucho más complicado y bien resuelto, diferentes texturas, sabores, temperaturas... Complicado e interesante.
. alcachofitas de temporada confitadas, salsa de menta y berberechos y cremoso de boniato al limón. Muy mejorable la presentación, aunque buenos elementos
. carne (¿?) que me pareció solomillo de ternera con salsa de gorgonzola y patatas con salsa de kimchi. La otra alternativa elegida fue pescado, merluza en concreto, bien hecha y de buen sabor, aunque volvería a elegir la carne que estaba bien de punto, jugosa y sabor correcto.
. postre: frutos rojos, helado de fresa. Otra opción: flan de queso de La Nucía
Para finalizar con unos buenos cafés y petits fours muy correctos, disfrutamos de un pequeño rato de charla con Cristina, alma mater del local y conseguidora de la estrella con una gran dificultad que es lograrlo para un local de más de 100 años y que ha pasado por todos los escalones: bodega de vino a granel, bar, bar de tapas, restaurante de pueblo (fundamentado en los guisos caseros), restaurante de arroces a restaurante de cocina creativa tras pasar por Can Roca y otros reconocidos fogones.
Cocina: De autor. Una base de cocina tradicional actualizada.
Precio: €€€€ (menos de 50€ por persona sin bebidas)
Nombres propios: Cristina Figueira, jefa de cocina y galardonada con el premio "Plato 2015" a la mejor cocinera del año.
Localidad: Alicante
Teléfono: 965 87 09 31
Dirección: Av. l'Església 3
Zona: La Nucía
Distinciones: De lo mejor; Relacion calidad precio; Guía Michelín; Guía Repsol
Platos:
─ Falsos tomates rellenos (menú). 10/10. La apariencia era la de un mini tomate pero no era tomate estaba hecho como con gelatina y relleno. Esectacular.
─ Cornetes de cerveza negra (menú). 9/10. Originales, sorprendentes, refrescantes y te quedas con ganas de comerte otro.
─ Ostra (menú). 9/10. Presentación espectacular sobre una base de algas y sale una especie de humo.Con un sifón te sirven como una espuma de limón... un bocado exquisito.
─ Tartar de atún con ajobalanco (menú). 10/10. Si me preguntas cual fue lo que más me gusto de la comida, posiblemente diría este, aunque no sin dudas...
─ Esparragos (menú). 8/10. Buena presentación, bien de sabor pero no tan espectacular como lo que llevábamos hasta entonces.
─ Coca con calmarcitos (menú). 10/10. Era como la base de una coca, sobre ella dos calamarcitos y otros ingredientes. La partí en dos trozos para dos bocados y que maravilla, que explosión de sabores que se separaban y se volvían a juntar en una experiencia magnífica.
─ Denton (menú). 8/10. A mi es un pescado que no me gusta mucho, aprecio la buena presentación, el punto de cocción, pero para mi no es un pescado con el que se puede hacer algo espectacular, aunque se que para muchos es una maravilla.
─ Carne (menú). 6/10. Eran dos trocitos de entrecot con distintas salsas y la que más me gusto fue la de mostaza. Para mí lo más flojo de la comida sin duda.
Postres:
─ Helado de níspero (menú). 8/10. Diferente, sorprendente y agradable.
─ Chocolates (menú). 8/10. Un clásico que desde mi punto de vista nunca debe faltar... muy bien ejecutado.
─ La nota de esta comida fue de 46€ por persona sin incluir las bebidas (vino, agua, cafés, cervezas, refrescos, copas…).
Video: youtu.be/2t3OqIpbpwk
Pasado el Verano he regresado con amigos a cenar en este agradable restaurante, en la tranquila plaza de la Iglesia y el Ayuntamiento de la Nucía.
Deben estar pasándolo mal con la crisis, porque he visto mucha oferta de Menús especiales, y pocas novedades en carta.
Pedimos una paletilla de cordero, y sirvieron un trozo de pierna. Impecable y jugosa, eso sí. Pero No es paletilla.
Yo pedí el solomillo de ternera con chalotas caramelizadas, y no pudo ser. Me ofrecieron una guarnición de foie y oporto, que ya la tengo muy vista. Al final lo tomé con unas modestas patatas fritas, hechas con desgana.
La atención de Paco Cano, propietario y sumiller, sigo siendo cuidada. Pero sería deseable menos charla, y más concentración en la solidez y coherencia de los platos.
No voy a conducir más de media hora si no me aguarda un plato original, abundante y delicioso.
El vino, siempre bien servido y a temperatura. Tomamos dos botellas del Cabernet-Monastrell de Enrique Mendoza.
Nos quedamos más satisfechos con un buen whisky de malta y un gin tonic en la terraza, después de cenar.
Como comentan no es un restaurante muy grande, pero al tener forma de pasillo con mesas a ambos lados, parece que estés más aislado, la atención es muy buena, interesándose por las cosas, tanto del padre como hija que empiezan a trabajar también en el negocio. Cercanos.
La carta es muy apetecible, con multitud de platos y ofertas de menús para todos los intereses y bolsillos.
La comida estuvo muy correcta. Interpretan los platos de siempre de la zona pero intentan darles algún toque suyo. Setas con huevo a medio cuajar y rebozado con panko, dorada al vino tinto. Todo salió bastante bien, mejor los entrantes que los segundos (un bacalao salió muy pasado por un problema de cocción con la sonda y lo cambiaron por una muy buena dorada con vino tinto) y el cochinillo estando correcto pecó de poca melosidad, aunque aprobado con nota de sobra.
La bodega merece una mejor nota, vinos algo subidos pero gran variedad y sobre todo la opción de poder beber botellas "antiguas" qu e quedan pocas unidades a precios muy correctos. Tomamos Billecart Salmón casi 50e, pero luego Numathia 2003 35€ y Gago 2001 también parecido de precio.
Recalco la buena atención, y la aceptación del fallo con el bacalao que cambiaron sin poner pegas.
Volveremos para seguir esquilmando la bodega.
http://vinsimes.blogspot.com.es/2013/06/el-xato-de-la-nucia.html
Estuvimos el viernes 3 de Mayo un grupo de 8 personas. Nos tocó esperar, porque los numerosos residentes extranjeros de la zona conocen el sitio y lo frecuentan. Francisco, maitre y serio sumiller, se esforzó en mantenernos entretenidos con unas ricas croquetas y cervezas hasta que estuvo nuestra mesa.
El local es pequeño, apenas 7 u 8 mesas, para 30 comensales.
Dudo que ganen dinero sólo con el restaurante: viven gracias a las actividades de catering que realizan, trabajando mucho y bien.
Entre los platos a recordar: unos corazones de alcachofas con gambas, tiernísimos hasta el extremo. El foie casero, con una copa del moscatel carbónico de Pinord. Una correcta ensalada de lechugas varias con perdiz escabechada. Un pescado del día -Pargo- bien de punto. Unos postres cuidados y bien presentados.
El vino muy bien tratado. Temperatura impecable y copas correctas.
Carta amplísima, con precios contenidos.
Como éramos un grupo de 'mucho' beber, optamos por un vino de precio bajo, el Laudum crianza de Bodegas Bocopa, de Petrel. Con la tercera botella hubo que cambiar al Laudum Barrica especial, que es un 'roble' demasiado sencillo.
Regresaré pronto, en grupo más pequeño, para gozar de otros vinos y platos, y quizás acabar la sobremesa con uno de los grandes whiskies que guardan en la Bodega.
Comida de sábado.
El local tiene su gracia, con los ventanales y sus geranios. Corría algo de aire lo que hacia más agradable el almuerzo. Comimos todo para picar:
- Surtido de croquetas “El Xato” (Jamón con setas, Bacalao y Queso), las de setas en forma de cubo excepcionales!
- Calamarcitos rellenos.( lo que menos gusto pues estaba relleno de longaniza y no estoy acostumbrado a la mezcla esa)
- Lingote de foie con turrón de Jijona, salsa de campari con naranja y polvo de almendras tostadas, la mezcla muy lograda, lo acompañaron de un vino dulce que no recuerdo.
- Canelón de salmón ahumadorellenos de mayonesa de encurtidos
con guacamole y huevas de salmón , un bocado que se deshacía en la boca
- Cremoso de naranja salusiana con níspero caramelizado sobre
dacquoise de almendra comuna con teja de cítricos y helado
carré de Guanaja
Distintos panes los cuales estaban muy buenos
de beber:
2 copas de vino blanco verdejo
1 agua
1 café
1 infusión
La verdad es que si estas cerca es un valor seguro!!
El servicio fue atento, cercano y en todo momento correcto
Hemos ido a El Xato al estar en la zona y ver los buenos comentarios que tenia en Verema y la verdad es que no nos ha defraudado. Hemos comido a la carta 5 personas degustando diferentes platos y todo estaba muy bueno. Especialmente recomendable el Foie con turron de Xixona y los canalones de ternera, setas y trufa. La carta de vinos es muy amplia y a precio razonable. Hemos tomado un Gran Juve y Camps que estaba a 39 euros y nos han hecho un 25% de descuento. El trato es cercano, agradable y encantador. Lo recomendamos sin duda. De lo mejor de la zona.
Ese era mi sentimiento. Gans de probarlo desde hace tiempo dados los buenos comentarios que acapara este establecimiento. Buena sala, con pocas mesas y local bastante lleno para ser un martes a mediodía. Cordial acogida y trato perfecto de principio a fin.. Nos acompañanan a la mesa y nos dejan las cartas: 4 menús: temporada (menú del día), tapas, tentaciones y degustación (16, 20, 29 y 38 € aproximadamente). Decidimos tomar el tentaciones (4 entradas compartidas, un segundo a elegir entre carne o pescado y un postre). El degustación nos parece excesivo (5 + pescado + carne + 2 postres). También se puede pedir a la carta:
- Tataki de bonito (?) con níspero y una especie de vinagrta con miel: fresco y rico.
- Escalibada a su manera: Las verduras muy buenas y el bacalao presentado tipo mouse. Acompaña una cremita de berenjena: muy bueno. A mi gusto el bacalao muy suavizado.
- Almejas con alcachofas y jamón: buen plato tierra/mar con gran persistencia del sabor del jamón.
- Huevo poché con patatas, jamón (ralladura) y pimentón dela Vera): plato tradicional, de mojar pan a manta.
- Carrillera de ternera / Corvina con ceps: ambos platos muy buenos, con ración correcta y sabores contundentes.
Servico de panes: normal, nueces y cebolla: ricos.
Tomamos un Bembribre de Dominio de Tares 2001 ciertamente espectacular. La seleccióm de vinos me parece realmente excepcional, como pocas, con abundancia de referencias en todos los apartados: cavas, champagnes, blancos, tintos, dulces... Nacionales, internacionales... Presencia de todas las DO españolas con 3 o 4 referencias mínimo en cada una de ellas... añadas especificadas... Genial. Solo por ello ya merece un 10 en servicio del vino que, además, fue correctísimo.
LA RCP, visto lo que hemos provado, me parece muy buena. Quien ha estado en hostelería sabe que sólo mantener una carta de vinos tal ya supone una inversión exagerada. Y el precio de los menús no se ha resentido de ese esfuerzo. Enhorabuena por ello.
Hace varios años que conozco este restaurante, entonces aún no lo habían remodelado, era un restaurante clásico tan to en lo decorativo como en la gastronomía. Entonces era ya muy bueno, con los años, como los buenos vinos, ha pasado a ser sensacional, al menos para mi. Uno de mis favoritos de Alicante.
La oferta gastronómica sensacional, los sabores de la zona actualizados.
El servicio estupendo y la amabilidad sobresaliente.
Bodega a destacar, impresionante.
No me canso de volver