Gran pequeño restaurante

Estuvimos el viernes 3 de Mayo un grupo de 8 personas. Nos tocó esperar, porque los numerosos residentes extranjeros de la zona conocen el sitio y lo frecuentan. Francisco, maitre y serio sumiller, se esforzó en mantenernos entretenidos con unas ricas croquetas y cervezas hasta que estuvo nuestra mesa.
El local es pequeño, apenas 7 u 8 mesas, para 30 comensales.
Dudo que ganen dinero sólo con el restaurante: viven gracias a las actividades de catering que realizan, trabajando mucho y bien.

Entre los platos a recordar: unos corazones de alcachofas con gambas, tiernísimos hasta el extremo. El foie casero, con una copa del moscatel carbónico de Pinord. Una correcta ensalada de lechugas varias con perdiz escabechada. Un pescado del día -Pargo- bien de punto. Unos postres cuidados y bien presentados.

El vino muy bien tratado. Temperatura impecable y copas correctas.
Carta amplísima, con precios contenidos.
Como éramos un grupo de 'mucho' beber, optamos por un vino de precio bajo, el Laudum crianza de Bodegas Bocopa, de Petrel. Con la tercera botella hubo que cambiar al Laudum Barrica especial, que es un 'roble' demasiado sencillo.

Regresaré pronto, en grupo más pequeño, para gozar de otros vinos y platos, y quizás acabar la sobremesa con uno de los grandes whiskies que guardan en la Bodega.

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