Es un placer descubrir que sigue habiendo restaurantes extraordinarios sin que por ello tengas que pagar sumas desorbitadas. Este es el caso del Celler de l'Aspic, donde se degusta una cocina sencilla, auténtica y a su vez de gran riquza técnica. En especial una sopa de patatas de Prades con "cansalada" que es una delicia de los dioses.
Local muy bonito con servicio correcto y atento.
Tomamos un menú degustación a 30 €/pax vino excluido. El tema del vino merece atención a parte ya que dispone de una extensa y rica carta a precios imbatibles, es decir, estas degustando cualquier vino sensacional a su precio justo (rara avis).
En resumen: extraordinario restaurante con una relación calidad/precio estupenda. Animaros a visitar el Celler de l'Aspic en el centro de una bellísima comarca.