Fuimos casi de casualidad, pero ya que estábamos, pedimos menú

Fuimos casi de casualidad, pero ya que estábamos, pedimos menú degustación y que nos pusieran algo de trufa blanca, ya que en la carta, habían platos que la llevaban.
Los 3 primeros del degus, eran fríos y los 3 con ensalada de guarnición(tomates cherry, germinados por todas partes, etc...). Estabamos todos con ganas de ver la trufa blanca, y cuando llegó el plato...apenas la pudimos oler, porque había una lámina de papel de fumar y ya está.
El pescado era en teoría lubina salvaje,sí era lubina, pero de dudosa procedencia.Y lo peor vino con una carne de
caza que staba en mal estado, al venir la chef, nos dió la razón y nos dijo que ya le había parecido que olía fuerte! Entonces porque nos la puso, por si colaba?
El vino: Copas Shott, buena bodega, pero al pedir el vino, no tenían, pero esto le puede pasar a cualquiera.
Acabamos con un Belondrade.
El local es muy bonito, las vistas a la cocina preciosas, pero al fin y al cabo fuimos a comer.