Un imprescindible de la cocina vasca
Tras una insistente recomendación paramos allí a comer, tras unos pintxos en Zarautz. Si bien no tienen una carta muy extensa, se centran en lo que saben hacer: el pescado a la brasa.
De entrante pedimos unos pimientos rellenos de txangurro. Si los pimientos saben a pimientos, de verdad, y el txangurro a txangurro, la combinación tiene que estar bien. Sólo la materia prima asegura un buen resultado
De plato principal, besugo para compartir. Hecho a la brasa y como nunca lo había comido. Lomos bien hechos sin quedar pasados. Un sobresaliente
La carta de vinos es uno de los mayores valores,por variedad y precio. Nosotros fuimos a un valor seguro: Viña Tondonia blanco 1999.
De postres una panacota y un postre de tres chocolates, mejor la primera que el segundo.
El servicio es sencillo, tal y como me fusta a mi, gente accesible que lleva allí toda la vida trabajando. Gente que aún se sorprende cuando va a su restaurante rusos o chinos con mucha pasta a pedir el vino más caro.
Un sitio para conocer, y para volver!