Restaurante rural con bastante encanto, mucha piedra en paredes y madera

Restaurante rural con bastante encanto, mucha piedra en paredes y madera vista, muy agradable galería, algo calurosa con sol.
Concepto de raciones copiosas a precios comedidos, comida perfectamente entendible por cualquiera, sin filigranas sin sentido. Muy buenas ensaladas (de queso de cabra y kikos, de codorniz rellena de foie); buenos platos de pescado (Sanmartin, Mero, Brochetas de Pixin); buenas carnes (solomillo peregrino, pitu caleya) y postres (Canutillos rellenos de queso la Peral).Pan de queso hecho por ellos sabrosísimo. Precio medio entradas 12 euros, de pescados 22 euros, carnes algo menos (ojo, raciones MUY grandes).
Maravillosa carta de vinos,una de las más cuidadas que hayamos visto,en calidad y cantidad, con multitud de referencias extranjeras (Burdeos, Borgoñas, Loiras, Ródanos, Palatinado, Douro, Champagne, etc). Los dueños son unos apasionados del vino, y además marcan los vinos con poco márgen, lo que favorece su rotación. Copas adecuadas.
Servicio magnífico, uno de los mejores de Asturias, sobre todo teniendo en cuenta que llenan casi siempre (fines de semana completo, incluyendo el chigre de la entrada) y que tienen sitio para unos 60 comensales.
Actualmente, uno de los mejores lugares en Asturias para elegir una gran botella sin dejarse un dineral, y disfrutar una buena comida en un local muy agradable.

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