Animado por los comentarios vertidos aquí, fuimos a este nuevo restaurante

Animado por los comentarios vertidos aquí, fuimos a este nuevo restaurante durante nuestra estancia en BCN. En la puerta nos fijamos que el menú degustación y el diario siguen a esos precios citados, 30 y 18 € respectivamente. El local es delicioso, todo en blanco, recepción perfecta y bajada a los cielos, sí, enseguida notas que es un sitio diferente, en donde te vas a sentir bien. Optamos por la carta, compartiendo un entrante (caballa ahumada) tras la sorpresa-apetitivo (berberechos con gintonic). El cochinillo crujiente con salsa de naranja, delicioso, de lo más tierno y jugoso; el rabo de buey relleno de pie de cerdo también estaba muy bueno. A los postres, y como no quise esperar para el coulant de chocolate, me deleité con el parfait de cacahuete, acompañado por un PX Colosia, un pelín fuerte. El café, excelente, y más suave el moscatel Pedro Mendoza, casi afrutado. El pan, bueno sin llegar a ser excelso (sólo dos tipos); la degustación de aceite (arbequina), muy buena. El servicio del vino es muy bueno (copas correctas, sumiller muy atento), pedimos un Artadi Viñas Gaín 2003. La carta de vinos es maravillosa (es un libro, muy bien encuadernado), precios asumibles.

¡Y qué bien que no hay música ambiente! El local tiene un poco de exceso de luz, y la única pega son esos focos en el techo justo encima de nuestra mesa. No había ruidos innecesarios. El sitio ideal para una cena romántica.

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