Una tortilla de patatas

La hizo Albert Ventura.Estábamos en la barra (creo que es mucho más divertido cenar aquí que en la sala). Sólo le vimos coger la sartén para hacer esa tortilla. Parece que ya tiene a dos jóvenes ayudantes para manejar los fogones.
Aceite de oliva virgen extra, patata quenebec en láminas muy finas, muy poca cebolla, unos buenos huevos, apenas cuajada para que el huevo se desparrame al partirla... voilá. Lo mejor de la noche y de lo mejor de los cuatro días que hemos estado comiendo en Barcelona (coure, gresca, espai sucre y tickets).
Hubo también un magnífico ceviche con mero, ostra y percebe, con acidez perfumada de lima y crocantes rábanos, pepinillos y cebolla roja.
Y estupendas sabrosas croquetas con tropezones de pollo, y otra con espinacas, poca bechamel pero cremosidad, y envoltorio crujiente.
Y cremosidad blanca y verde de un canelón de espinacas, con el crujiente delicado de las deliciosas almendras tiernas, femeneidad irresistible.
Y un jarrete de ternera relleno de butifarra a 17 euros, rodeado de rebozuelos. Pura potencia cárnica.
Potencia sápida semejante en el costillar de cerdo Maldonado con miel, donde me gustó el contraste de temperaturas con el puding de zanahoria de la guarnición.
Y potencia sépida en el guiso de albóndigas de sepia... como en casa.
Magnífica comida que un trato regular se empeñó en empañar. El tiempo dirá si lo consiguió.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar