Muy recomendable

Por su situación tan privilegiada, delante miso de la playa de San Pol en S'Agaró, no parece que vayas a tener una comida de la altura que hemos tenido. De primero unos guisantes estofados al dente(textura original para un plato tan clásico) y unos sonsos con un huevo cocido a media temperatura tambien exquisitos. De segundo un arroz con gambas para que te caigan las lágrimas (eso si, si no sois dos no se puede pedir). El postre una crema catalana demasiado empalagosa con frutas rojas y helado de canela, para el que le guste lo muy dulce ideal, aunque después de una comida algo pesada te deja K.O.
El entorno encantador, aunque la mesa para dos demasiado pequeña. Tambien siempre te preguntan si quieres alguna bebida de aperitivo, pero por contra te la traen a palo seco, ni siquiera unas aceitunas negras. Tambien nos han atendido cuatro camareros distintos, casi uno diferente para cada plato, aunque todos super amables. La carta de vinos es muy buena en cuanto a borgoñas y otros caldos franceses, hay que dejarse aconsejar si no eres un erudito de estos vinos.
Por cierto al lado mismo tiene un parking gratuito, no os lo paseis de largo ya que para aparcar en días de verano queda muy lejos y no os descuideis de pedir la ficha para poder salir.

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