Visitamos este local atraídos por la "Belvedere Winter Lounge", por nuestra afinidad con este vodka que no es sueco, precisamente. Buen ambiente, y trato cordial.
Tempranito, con poca gente (ventajas de ir entre semana, me imagino y, por cierto, todos extranjeros), ojeando la carta nos decidimos a probar a cenar de picoteo. Y no nos fue mal, la verdad.
Optamos por los combinados de "tapas" y vodkas (que dan poco lugar a equivocos: el 2+2+2 o el 5+5 Smorrebrod, con 2 Belvedere y una selección de cinco vodkas aromatizados "maridando" con las respectivas tapas): en general, preparaciones sencillas con buena materia prima y buen resultado, regadas con el vodka, un plus. Continuamos con varios entrantes a compartir al centro: tartare de tres salmones, steak tartare y arenques marinados (quizás lo que menos nos llamó la atención, por el acompañamiento de patata), continuando para beber con cava de la casa por copas (decente) y más vodka (soberbio); para finalizar, un postre 3&3 (sí, tres postrecitos interesantes, sin más, con tres vodkas más de maridaje); como soy de lo golosos, pedí para terminar un 2º postre que me estaba llamando poderosamente la atención: el soufflé de té (sensacional). El cubierto sigue a 2,2, pero con una selección de panes (visualmente: donuts planos, pero en plan salado) y un par de terrinitas de cremas distintas, lo cual hace que no lo considere caro. No llegó a 42 euros por cabeza, que, teniendo en cuenta lo comido y bebido, no nos pareció ni chispa de caro. Y nos divertimos mucho.

Decoración "cool", música chillout...pero mesas demasiado juntas. Carta de vino con más referencias de tintos que de blancos y espumosos, con precios inflados X4, alguna referencia extranjera y la posibilidad de vinos por copas, enorme variedad de vodkas (recomendables los de sabores realizados en la propia casa), y combinados muy logrados. El servicio correcto sin más. Respecto a la comida no logro epatarme, nada especialemte destacado, cecina de reno, salmon ahumado, pate (ni funi fa)...si a esto añadimos el impuesto revolucionario 2,20€por servicio?y pan y la mala RCP hacen del Olsen un sitio prescindible...mejor para tomar una copa...de vodka.

Después de visitar Madrid y tomar unas copas de Champagne por ahí, decidimos cenar en Ölsen, lo conocí dos años atrás durante la cata de Vino Sub30 y me gustó.
Esta noche en cuestión pedios el menú "Nordico", el local estaba casi vacío, la decoación minimalista, un leve Chill out sumado a la luz escasa y la parsimonia del servicio psó de relajado a pesado.
Empezó el Pan, varas roscas de disintos tipos de pan con un par de Bol de cremas con salmón y queso. Seguimos con un Carpaccio de Atún con Queso tipo Feta, Remolacha y frambuesas, más o menos conseguido. Después una sémola con Boletus y Jamón, a pesar de que les pedí que no pusieran la loncha de Jamón, la pusieron. Como plato fuerte unos medallones de Ciervo ligeramente adobado junto a cerezas en Tinto, bien. De postre unos platanitos caramelizados con bla de helado, normal. Todo regado con Carmelo Rodero 2007 y Cabreira.Por hacer honor a la especialidad de la casa, tomamos Vodka ¡menuda carta de Vodkas!, pero la cena, sin pena ni gloria.

Restaurante amplio. Decoración minimalista de estilo nórdico, confortable aunque algo oscuro. La comida es des estilo nóreurepo (ahumados, bagels, carnes de caza con frutas rojas, etc.). Mejor resueltos los entrantes que los segundos. La carta de vinos es buena para el tipo de local, con bastantes referencias (algún vino extranjero) y marcas bien escogidas. Cristalería buena. Impresionante carta de vodkas solos, cócteles a base de vodka y aquavit. El servicio está algo despistado y atolondrado. El servicio del vino es muy mejorable. Precios medios.

Recomendados por unos amigos, visitamos este local en pleno centro de Madrid. Local muy agradable, de estilo moderno, elegante y "cool". Luz suficiente (no demasiada) para ver lo que se come. Carta amplia basada en comida Noreuropea. Servicio atento y correcto. Se cuida mucho la presentación (mención especial al pan) y hay propuestas originales como la tabla de aperetivos maridado cada uno con licores. EL atún y el salmon en papillote ricos. El servicio del vino algo justo en el tema temperatura. Copas adecuadas. La carta correcta pero sin grandes sorpresas en cuanto a los nombres. Postres acordes con el conjunto, buenos. Buena alternativa para cena para grupos antes de salir de copas. Salimos a 40 EUR p/p.